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Ni mejores, ni peores; son nuestros jugadores

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Manex ALTUNA

C orren poco y cobran mucho. No tienen el nivel necesario para jugar en la elite. Ya no son como los de antes, porque no están comprometidos con los colores de la camiseta que defienden. Son algunas de las críticas que se oyen en cualquier tertulia futbolera sobre los jugadores vascos, ya que los resultados de los últimos años no están siendo buenos. Su valor está en entredicho. No se trata de idolatrarlos y defenderlos a toda costa ,sino de respetar su trabajo. Porque no son mejores ni peores que el resto, son los nuestros, y eso debería ser suficiente para todos los aficionados y rectores de los equipos de Euskal Herria. Y es que lo primero es creer en los jugadores de casa y después, con confianza, paciencia y trabajo llegarán los resultados.

Los «txistularis» de Anoeta deberían ser los primeros en reflexionar y pensar en qué tipo de club quieren. En los últimos años han salido por la puerta de atrás jugadores como Idiakez, Aranzabal, De Pedro y Aitor López Rekarte, dándose una situación incomprensible para un equipo que tiene que basar uno de sus puntos fuertes -y lo ha hecho hasta hace bien poco- en el compromiso de sus jugadores. La Liga no ha empezado bien para la Real, el equipo se encuentra en un proceso de reconversión y los resultados dejan mucho que desear. Pero en vez de fijarse tanto en el mal inicio deportivo habría que resaltar que en la última convocatoria entraron 14 jugadores formados en Zubieta, cuando hace un par de años era imposible. Tan sólo hay que fijarse en el Alavés, que también está intentando salir a flote recuperando la identificación de los jugadores con el equipo, para entender la importancia que tienen los jugadores de casa. Mientras tanto, el Eibar hace lo que puede con lo puede, consciente de sus virtudes y limitaciones.

El Athletic tampoco puede descuidarse porque entre muchos seguidores rojiblancos que se llenan la boca hablando de la filosofía está extendido arremeter contra la profesionalidad de los futbolistas a la primera que vienen mal dadas. El gasto de más de 15 millones de euros para evitar sufrir en la clasificación responde a esta falta de confianza. Y es que del proyecto para los jóvenes tan sólo se conocen las intenciones de Caparrós, cuando hace falta un programa más ambicioso. En este sentido, la irrupción de Markel Susaeta es la noticia positiva del inicio de temporada. Pero para que no se le suban los humos a la cabeza y cuidarlo Caparrós le ha hecho jugar esta semana con el filial. Mención especial merece Koikili. Viendo a un futbolista con su trayectoria y que ha llegado a la elite con 26 años marcando a Messi, hay que reconocerle el mérito que tiene no arrugándose en el Camp Nou.

La cantera navarra, por su parte, está siendo la más prolífica y la que mejores tiempos está viviendo como demuestran los traspasos de futbolistas jóvenes como Raúl García y Javi Martínez. Sin olvidar los cuatro jugadores que ha ascendido Ziganda al primer equipo -una pena la lesión de Igotz- y los que subirán pronto, como dejó patente Torres con su golazo de falta en el amistoso ante el Toulousse.

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