Aniversario del 11-S
«Las imágenes sobre el 11-S no son buenas, retraumatizan a la gente»
Programa de ayuda a victias olvidadas del 11-S
Jordi CARRERAS | NUEVA YORK
¿Cómo afecta a las víctimas y a la ciudad de Nueva York la conmemoración del 11-S?
Sicológicamente, para las víctimas es importante celebrar los aniversarios porque van a tener reacciones, emociones, y hay que lidiar con eso. Pero hay que manejarlo de una manera muy cuidadosa y muy respetuosa, tanto con el individuo como con la comunidad en general. Obviamente, hay que hacer una conmemoración, lo que no sé es si debería ser tan fuerte como se ha hecho hasta ahora.
Este año se ha empezado a plantear en voz alta hasta cuándo es necesario un tributo que involucre a toda la ciudad. ¿Cómo lo ve?
Hay muchas opiniones al respecto y pienso que todavía hay muchas personas por ahí más afectadas de lo que pueden o de lo que están dispuestas a reconocer. Cuando oigo personas a quienes molesta que se recuerden los hechos o que evitan ese tipo de celebraciones, siento que tiene que ver con el trauma individual y colectivo que tienen. De hecho, esta incomodidad sicológica es un síntoma del trauma. El tributo se ha de mantener pero debería hallarse el punto medio que satisfaga a todos, aunque sea difícil.
Por otra parte, lo que no pueden soportar los neoyorquinos cada año son dos días de ver por las televisiones edificios cayéndose y personas saltando de ellos. No es nada saludable, no aporta nada bueno, no es respetuoso ni con los parientes ni con la comunidad y sólo sirve para retraumatizar a las personas.
Entonces, ¿cómo van a encajar las películas que van surgiendo, de momento lentamente, en torno al 11-S? ¿Va a suponer una retraumatización de las víctimas?
Hasta ahora, los directores que han tratado este tema lo han hecho de una manera muy respetuosa. Lo que ocurre es que lo que puede ser muy cuidadoso para mí, como persona que ha trabajado seis años en este tema, puede no serlo para una viuda, o para una persona que se ha pasado siete meses recogiendo escombros. Hay distintos niveles de sensibilidad. Cómo te va a afectar una película o un programa especial de televisión no lo sabes hasta que no lo has visto. Es complicado, siempre hay un potencial de retraumatización no necesariamente necesario.
Por otra parte, se debe tener en cuenta que las personas traumatizadas, ya sea por un accidente de circulación, una violación, un abuso verbal, físico, emocional, etcétera, tienden a «retraumatizarse».
Y no es para culparles. Por un lado, evitan aquellas situaciones que puedan recordarles el trauma pero, al mismo tiempo, las buscan porque el trauma dejó una marca en el cuerpo y quieren volver ahí.
¿Qué explicación tiene esta actitud?
Hay muchas, depende de la que se quiera creer. Pero la más antigua y una de las más aceptadas es que una de las formas de superar un trauma es «reactuarlo» para conducirlo mejor. De hecho, el tratamiento del trauma se hace de una forma similar, sólo que controlada y muy cuidadosa, a través de la cual la persona puede mejorarse realmente «revisitando» el trauma pero sabiendo que va a estar bien y que no le va a ocasionar la alteración del estado físico que tuvo en su momento. Entiendo que pueda resultar un poco complicado de entender; en esencia, es dar la oportunidad al cerebro de reprocesar la situación que tanto miedo y otros síntomas le ha generado.
Usted ha dirigido un programa, de los más veteranos del 11-S, especialmente enfocado a las víctimas mas desfavorecidas, a personas que en algunos casos han tardado dos y tres años en acudir a recibir tratamiento.
Así es. Ha costado mucho y de hecho, buena parte de nuestro trabajo ha sido llegar a estas personas y conseguir que vinieran. En líneas generales hablamos de población latina, en muchos casos indocumentada, que no habla inglés.
Es el caso, por ejemplo, de las viudas del restaurante Windows of the World, que estaba en una de las torres. Personas que creían que ir a un sicólogo era ir a la planta 80 de un edificio. Les hemos tenido que explicar que nosotros no les pedimos si tienen o no papeles, que hablamos su lengua, que no les va a costar nada y que, a la vez, les atiende el personal con la más alta cualificación posible para atender sus necesidades. Después de seis años, la valoración global podemos decir que es exitosa y cerramos el programa clínico a finales de este mes.
¿Ya no hay necesidad de mantenerlo por más tiempo?
Aunque, por una parte, la necesidad persiste, por otra, hay que reconocer que en los últimos meses nos ha costado llenar el cupo de pacientes que podemos atender. No sabemos si es porque ha pasado ya demasiado tiempo o porque no tenemos la capacidad de llegar a más personas. Considero que un servicio como éste debería mantenerse permanentemente abierto como parte de un hospital o de otra agencia. Lo que no podemos es mantenerlo desde la Universidad de Columbia.