Xabi Prieto desmintió ayer, como lo hizo el domingo, a Chris Coleman y Salva Iriarte. El entrenador tras el partido y el director deportivo el lunes en la página web aseguraron que ha comunicado al club que no va a seguir y el jugador reiteraba ayer que «para nada he cerrado ninguna puerta a la renovación. Es difícil ahora, pero en el fútbol no sabemos nadie donde vamos a estar el año que viene. Ni yo ni mis compañeros. No he dicho que no seguiré. No cierro la puerta y me gustaría seguir aquí, pero sé que será difícil».

Desmintió que el club le haya comunicado que va a pasar un año difícil si no renueva o que haya firmado ya con alguien para irse gratis la próxima temporada, pero hay caso Prieto. Y ya hay bastantes problemas en la Real como para que el jugador más desequilibrante, su entrenador y el director deportivo se desmientan públicamente. Lo peor es que se abre un debate que dividirá más a la ya rota afición realista y aquí no hay una parte buena u otra mala. Las dos partes lo han hecho muy mal en todo el proceso. El club debía haberle ofrecido las cantidades que le trasladó en los primeros meses de este año a principios de la pasada temporada, cuando le hizo una oferta baja. Tampoco el jugador puede pedir lo que pidió entonces, que es cuando se debió arreglar el tema, aunque ahí juega un papel clave su representante. Uno, que estaba convencido entonces de que la renovación iba a ser sencilla por la voluntad que trasmitía el jugador, empezó a dudar cuando un ex directivo realista le aseguró hace un año que con Cermeño no iba a renovar seguro.

El ejemplo de Aranzabal

El tiempo le ha dado la razón, pero lo peor no es que se pueda ir a final de Liga sin dejar dinero, sino que eso lleve a utilizarle menos de lo que necesita su equipo y que eso se convierta en un problema para todos. Y ahí es donde los actuales dirigentes del club y el jugador han fallado, porque Xabi Prieto podía haber accedido a renovar al estilo Aranzabal, que no tenía claro seguir, pero renovó con una cláusula de un millón de euros que le dejaba abiertas las puertas para irse siempre. Xabi Prieto confirmaba que la última oferta es menor que la anterior, aunque lo entendía porque no es lo mismo estar en Primera que en Segunda, pero no dijo que se le ofreció renovar sólo por un año para aplazar el problema actual.

Declaraciones de Bravo

Y en lugar de alcanzar cualquier solución, el error de Coleman al ser sincero ha abierto un caso que no beneficia a la Real. El club no ha podido ni renovar ni sacar el dinero que pretendía este verano de la misma manera que no ha podido desprenderse de Bravo. Y en lugar de ver como una suerte tener dos muy buenos jugadores en dos puestos, -porque Estrada va a ser un buen futbolista, pero tiene la mala suerte de que en el juego de banda con balón Xabi Prieto es mucho mejor y eso es lo único que valora la gente- tenemos dos debates que contaminarán el ya degradado ambiente que rodea al equipo blanquiazul.

El otro problema de Coleman es tener a dos buenos porteros al no haber podido vender al chileno porque, como con Prieto, el fútbol ha dicho que no son tan buenos como en Donostia se cree. La Real pensaba sacar dinero con Bravo y no ha podido ni cederlo con una opción de compra porque tiene grandes condiciones, pero también ha cometido grandes errores y eso, unido a que ocupa plaza de extracomunitario, ha provocado que nadie quiera ficharle. Y es difícil venderlo sin alinearlo...

La esperanza del jugador es salir en enero, a juzgar por lo declarado en el diario «El Mercurio» de Chile: «Estoy haciendo un trámite para sacar el pasaporte español y eso me podría facilitar alguna posibilidad de cambio. No estoy descontento en la Real Sociedad, pero ocurre que el año pasado quedé muy conforme con lo que demostré en Primera. Venía llegando de Chile y jugué casi todos los partidos, en un momento llegué a estar segundo o tercero en el premio Zamora; al final quedé quinto, no es menor. Y por eso pienso ¿por qué no voy a poder estar en un equipo más grande? Tengo hambre de llegar a un club con más posibilidades».