Diada nacional de Catalunya
El independentismo se compromete a continuar la lucha de Xirinacs
El recuerdo de Xirinacs y el compromiso de continuar su lucha para que los Països Catalans dejen de ser esclavos marcó la Diada Nacional de Catalunya este 11 de setiembre. A lo largo de toda la jornada se oyeron referencias a quien ha sido una persona consecuente con sus ideas.
Laia ALTARRIBA i PIGUILLEM | BARCELONA
Pese a que el día radiante hacía prever una asistencia masiva a las playas, decenas de miles de catalanes llenaron el centro de Barcelona para recordar que hace 300 años la ciudad cayó derrotada frente a las tropas de Felipe V tras un largo combate. La ocupación borbónica supuso la prohibición de la lengua catalana y las instituciones propias, y la fecha se convierte cada año en un acto de reivindicación de los derechos nacionales de los Països Catalans.
En el mismo lugar donde hace seis años Lluís Maria Xirinacs pronunció el discurso donde expresó sin tapujos que, de acuerdo con la doctrina de Ghandi, era «amigo de ETA», se le brindó un homenaje en el acto organizado por la Comissió 11 de Setembre. Desde el escenario, el actor Joel Joan, en nombre de la Plataforma Sobirania i Progrés, aseguró que los «amigos» de este activista independentista eran también los suyos. Y en referencia a las últimas palabras de Xirinacs, aseguró: «No sólo no soy español, no quiero ser español. Nunca. Xirinacs, eres una lección, eres el camino que tenemos que seguir. Yo aún soy un esclavo de España, pero pronto no lo seré, te lo prometo».
En representación de la Mesa Nacional de Batasuna, Mikel Etxaburu señaló que «la izquierda abertzale nunca va a olvidar las muestras de solidaridad de Xirinacs con el pueblo vasco», e hizo suyas unas palabras al recordar que «una nación nunca será libre si sus hijos no quieren arriesgar su vida y su libertad».
Manifestación independentista
El punto álgido de la jornada estuvo marcado por la manifestación de la tarde que congregó más de 10.000 personas en el centro de Barcelona. Dos nutridos bloques congregaron a la mayoría de manifestantes. El primero, el de la izquierda independentista, y el segundo, el de Esquerra (ERC). En medio de los dos bloques desfilaron otras organizaciones y entidades de distinto signo.
La manifestación la abrían, las principales organizaciones de la izquierda independentista (Endavant, Maulets y CAJEI), que reunieron unas 5.000 personas y marcharon de manera unitaria como muestra del proceso de confluencia que está viviendo el independentismo catalán. Las CUP apoyaban esta movilización, pero no la organizaban porque aun no existe ninguna candidatura en la capital.
La irrupción de las CUP en el escenario electoral catalán y la necesidad de profundizar el trabajo unitario marcaron los discuros que cerraron la marcha. «Si alguna cosa ha cambiado el úlitmo año en las CUP y la izquierda independentista en general -aseguró Quim Arrufat en nombre de las CUP- es que ahora somos un movimiento político que genera una esperanza enorme de transformación, y no podemos fallar frente a esta esperanza. Somos la esperanza que debe echar a los traidores de los que hablaba Xirinacs».
En el acto de la izquierda independentista se oyeron críticas a los partidos políticos, especialmente a CiU y ERC. Joan Sebastià Colomer, en nombre de las tres organizaciones convocantes, se mostró escéptico frente a la propuesta de referéndum que ha hecho ERC para 2014: «El actual Estatuto nos muestra los límites que España está dispuesta a aceptar. Por la vía legalista Catalunya nunca logrará convertirse en un Estado con el aval de la Unión Europea».
El horizonte 2014 de ERC
Esquerra reunió también a alrededor de 5.000 personas. Su secretario general, Joan Puigcercós, tomó la palabra al final de la marcha para asegurar que si hasta hace poco tiempo en Catalunya había españolistas, autonomistas, federalistas e independentistas, hoy en día solo existen ya dos opciones: el españolismo y el independentismo.
Tomando el referente escocés como futuro Estado independiente dentro de Europa, Puigcercós subrayó que ERC debe lograr que los empresarios, la patronal, las cámaras de comercio, los sindicatos y las entidades sociales den la cara por la independencia. Para el líder republicano, la confluencia de estos sectores es la que permitirá crear una mayoría social que en el 2014 vote a favor de la independencia. «Tenemos mucho trabajo enfrente, pero tenemos el viento a favor; lo que tenemos que hacer es construir la barca que nos debe llevar al referéndum sin esperar lo que piense Madrid».
La diada institucional
Por la mañana, la plana mayor de todos los partidos catalanes se reunía en el acto que institucionalizó Pasqual Maragall mientras fue president: una ceremonia en el Parc de la Ciutadella, cerca del Parlament de Catalunya. José Montilla, el presi- dente catalán, presidió una acto con marcado acento institucional, pero que también contó con actuaciones musicales. Según la policía, hasta 20.000 ciudadanos se acercaron a la ceremonia.
El día empezó con las ofrendas que decenas de entidades de todo signo y también los partidos políticos a la estatua de Rafael de Casanova, símbolo de la resistencia de la ciudad en 1714. La novedad este año era el regreso de una delegación del PP, después de tres años de ausencia.
El actor Joel Joan aseguró en el homenaje a Xirinacs que los «amigos» del activista independentista, fallecido el 6 de agosto, eran también los suyos y subrayó que «no sólo no soy español, no quiero ser español. Nunca. Yo aún soy un esclavo de España, pero pronto no lo seré».
El PP volvió a participar en el acto institucional después de tres años de ausencia para «dar voz a los catalanes no nacionalistas». Todos los partidos participantes fueron abucheados, pero la delegación del PP se llevó la peor parte.
Los actos políticos para conmemorar la Diada se repitieron en muchas ciudades además de en su capital, Barcelona, como fue el caso de Lleida, Girona y Reus. Asimismo, estos últimos días se han realizado actos reivindicativos en la mayoría de las comarcas.