Las granjas y humedales vascos se mantienen seguros respecto a la gripe aviaria
Decenas de veterinarios se han dado cita estos días en Bilbo, donde uno de los temas analizados ha sido el de la, ya nada alarmante, gripe aviaria. Euskal Herria sigue siendo una zona de «cierta seguridad».
Joseba VIVANCO |
El consumidor vasco observa hoy con preocupación un producto casi de primera necesidad como es la carne de pollo. Pero la culpa de ello la tiene lo que se ha encarecido su precio; ya nadie se acuerda de la crisis generada en su día por la otrora temida gripe aviaria. Al igual que sucedió en su día con otra alerta -entre veterinaria y alimentaria- como fue la de las `vacas locas', la ciudadanía ha bajado la guardia, pero no así los servicios veterinarios que se encargan de la vigilancia diaria.
Desde otoño de 2005, en los territorios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se han llevado a cabo 1.709 análisis en aves silvestres y otros 1.718 en ejemplares domésticos. Los datos son parte del panel informativo que el lunes y martes se pudo visionar en el XII Simposio anual de Avedila (Asociación de Veterinarios Especialistas Diagnóstico Laboratorial) celebrado en Bilbo.
Estos cientos de análisis efectuados hasta la fecha han revelado que, como indica a pie de panel Ramón Juste, jefe del departamento de Sanidad Animal del Instituto vasco de Investigación agraria y desarrollo Neiker, «se detecta una alta prevalencia del virus de la Influenza Aviar en aves silvestres, pero de baja patogeneicidad, es decir, que no entrañan peligro, que no son ni del tipo H5 ni H7, que son los de mayor riesgo». Es decir, algo normal.
Menos normal fue que en julio de 2006 el primer y único caso del temido virus H5N1 en el Estado español se detectara en los nada sospechosos humedales alaveses de Salburua, en un somormujo lavanco, una especie que no estaba entre las que más riesgo entrañaban. Aquel caso, considerado anecdótico, no ha cambiado el hecho de que, según Ramón Juste, «en nuestras condiciones ecogeográficas no ha habido históricamente epidemias de índole aviar. Tenemos una situación de cierta seguridad respecto a la gripe aviar», tranquiliza.
Este experto considera, además, que «los riesgos ni han aumentado ni han disminuido, se mantiene a unos niveles que suponen poco riesgo para las aves domésticas».
Desde finales de agosto las aves migratorias que en primavera viajaron al norte continental, regresan y hacen una parada en los humedales vascos. Hace un año este fenómeno creó una sicosis al achacarse a estas aves la propagación del peligroso H5N1. Estos días, por ejemplo, la Diputación de Gipuzkoa ha vuelto a pedir a los miembros de Aranzadi que llevan a cabo el anillamiento de aves en Jauzuria que aprovechen para tomar muestras de algunos de esos ejemplares. Sin embargo, cada vez más voces e informes internacionales desafían lo que la OMS nos hizo creer. «Yo, al principio, era un convencido de que el problema eran las aves migratorias. Pero ahora mismo no descartaría el que la avicultura relacionada con patos pueda ocasionalmente actuar en la expansión del virus», confiesa Ramón Juste. En Tailandia, expertos reunidos por la FAO lo acaban de confirmar: más de 350.000 muestras de aves silvestres de América, África, Asia y Europa, analizadas entre 2005 y 2007, estaban libres del virus. «No hemos encontrado un reservorio de esta enfermedad en aves silvestres», concluye. Y fija la culpa en el movimiento de aves de corral y productos de granja.