El Racing fue mejor en el segundo tiempo
Un punto escaso para mejorar, pero bueno para el juego creado
Coleman apostó por el mismo cambio de sistema de la segunda parte de Soria sin jugadores de banda en ataque y sin conseguir que su equipo fuera capaz de crear más ocasiones claras que las dos que protagonizó Carlos Martínez en su vuelta al once.
RACING DE FERROL 0
REAL SOCIEDAD 0
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
La Real necesitaba ganar en Ferrol para acercarse a los puestos de ascenso y se tuvo que conformar con un punto que hay que darlo por bueno ante la superioridad del Racing de Ferrol en el segundo tiempo, donde dispuso de más y mejores ocasiones para desequilibrar el partido.
Chris Coleman tampoco acertó ayer a la hora de plantear el partido y de reaccionar ante lo que veía. Repitió el rombo de Soria como fórmula de intentar buscar una solución a la baja de Vaughan y eso implicó renunciar a las bandas. En lugar de mantener a Xabi Prieto en la derecha y de encomendar a Aranburu el mismo trabajo que hace el galés para dar equilibrio a su equipo, colocó al donostiarra de media punta centrado, detrás de dos nueves claros y por delante de tres medios centros.
Eso permitió a la Real tener el control del balón en el centro del campo, sobre todo en el primer tiempo, pero sin traducir esa mayor posesión en ocasiones. Al equipo le falta velocidad y profundidad y no parece que la mejor forma de responder a esas carencias sea prescindir de una banda derecha a la que la Real tenía que recurrir sistemáticamente para sacar el máximo petróleo posible de un jugador como Xabi Prieto. Si además de centrar al donostiarra se saca del once a Gari, que ofrecía salidas a su equipo con sus caídas a esa banda, y se juega con dos delanteros centros claros se forma un embudo por el centro que la Real no sabe desatacar.
En todo el primer tiempo los blanquiazules sólo inquietaron en un buen pase de Aranburu en profundidad a Díaz de Zerio en el minuto 7 que pudo resultar clave porque el donostiarra -el único delantero que ahora está en condiciones de jugar noventa minutos- se adelantó a Queco Piña, que chocó contra él. Una acción que pudo ser sancionada con penalti y con expulsión del portero.
Además sólo se pueden rescatar en todo el partido las dos claras oportunidades que protagonizó Carlos Martínez. En la primera el navarro cabeceó libre de marca el único corner que provocó la Real en todo el partido -el Racing de Ferrol botó siete, cinco de ellos en el segundo tiempo- y Ceballos sacó el balón bajo su puerta. En la segunda, en la enésima subida dentro de su derroche físico, culminó su jugada individual con un buen remate con la izquierda al poste.
Malas señales
Que un equipo cree tan poco en ataque y que un lateral derecho sea el único que remata con peligro en todo el partido es una mala señal, aunque tiene su lógica porque ayer con cuatro centrocampistas en el sentido más literal de palabra y sin delanteros que cayeran a bandas sólo cabía conseguir profundidad con las subidas de los laterales.
Un equipo del presupuesto de la Real debe tener más recursos ofensivos. Hay carencias, pero el problema no es lo que falta, sino que no se saca el mayor rendimiento a las virtudes del equipo. Y la mejor virtud es Xabi Prieto y sólo cuando ha jugado en la derecha ha desequilibrado. En vez de situarle en su carril para que se juegue el uno contra uno contra unos laterales que pocas veces le van a parar, se le coloca en la izquierda y en el centro sin sacar partido de su calidad y su buena predisposición. En lugar de jugar con él en su banda y con Gari -que, sin estar bien, provoca faltas, corners y situaciones de superioridad en esa banda-, se le sitúa en el centro y se juega con dos nueves.
Había que ver cómo buscaba sistemáticamente el Racing de Ferrol a Jonathan Pereira. Es terrible que un club del presupuesto del ferrolano pueda lograr la cesión de un zurdo de su calidad y su velocidad y que la Real fiche a un jugador que no es de banda y que acaba de ser operado de pubis cuando las estadísticas indican que la mitad de los jugadores operados en esa zona tienen problemas tras su intervención. Y lo triste es que para sustituir a ese jugador cada domingo se experimente con cosas inadecuadas.
Es difícil de entender que en los tres partidos que Vaughan no ha jugado y en el cuarto que lo hizo con problemas la Real sólo haya logrado un punto y un gol a balón parado y apenas se han creado ocasiones.
Y lo peor es que Coleman no encuentra soluciones en los cambios a los problemas que se ven en cada partido. Que falta velocidad, pues el otro día sale Novo y ayer Stevanovic, que unen a su ritmo diésel la inactividad que llevan. Que hace falta movimientos en ataque, pues se acaba con dos nueves de 1.90 a los que tampoco se les manda un balón aéreo en condiciones.
Y es que la Real evidencia un problema en ataque importante. Sólo ha marcado gol en jugada en uno de los diez partidos disputados. En los restantes nueve lleva seis goles marcados a balón parado en dos penaltis, tres faltas y un saque de banda.
Lo más positivo es que, aún así, el equipo tiene la entidad suficiente para estar a la altura de los primeros en sus enfrentamientos directos hasta los finales de los partidos. Ayer sucedió lo mismo. El Racing de Ferrol no fue capaz de crear una jugada de peligro hasta que en el minuto 66 Jonathan Pereira envió un disparo al larguero poco antes de poner a prueba la gran calidad de Riesgo con otro tiro.
Cambiar para empeorar
A partir de ahí, como siempre, los cambios de los rivales aportaron más que los de la Real. Lamatina y Jaime Junior ofrecieron su frescura y dispusieron de claras ocasiones que desbarataron Riesgo y un oportuno Labaka, que consiguió interceptar varios remates.
Lo bueno de Ferrol fue la actitud de todo el equipo y que el portero y la defensa jugaron a una buena altura a pesar de los problemas con que afrontaron el partido los centrales y del gran desgaste que el sistema utilizado obligaba para los dos laterales. Y eso que Castillo tenía que enfrentarse a uno de los mejores jugadores de banda de la categoría y Carlos Martínez llevaba dos meses sin jugar.
Y ese trabajo defensivo y una buena defensa en las jugadas a balón parado -con la inestimable colaboración de un Raponi que no levantaba un metro el balón en la mayoría de sus lanzamientos- bastaron para que un partido que no se podía ganar no se perdiera. Lástima que eso no se produjera también ante Numancia y Sporting, porque entonces el futuro se vería con un mayor optimismo.
Tras sumar un punto en tres partidos y alejarse de manera importante del terceto de cabeza no se puede ser demasiado optimista. Pero más allá de los resultados, lo preocupante es que el equipo ha abandonado la línea positiva manifestada ante Las Palmas, Elche y Albacete y, en lugar de insistir en lo que se hacía bien entonces para mejorar, se cambia y se empeora. En lugar de mejorar y encontrar mayor fluidez en el juego conforme se compenetran técnicos y jugadores, sucede lo contrario.
Chris Coleman señaló en su análisis del partido que «hemos estado bien en el primer tiempo. En el segundo hemos intentado mantener el mismo ritmo y no hemos podido. Parece que estábamos más cansados, pero en los dos últimos partidos ante Numancia y Sporting encajamos dos goles y perdimos. Esta vez parecía que en los últimos minutos estábamos algo nerviosos. Lo positivo es que no hemos encajado gol al final y hay que entender que el equipo local apriete en la última fase, pero estoy contento con mantener la portería a cero».
Sobre la jugada de Díaz de Zerio que pudo resultar clave y que no fue muy protestada por los suyos comentó que «con la experiencia que tengo en los partidos de Segunda, los árbitros son bastante irregulares. Hay fases en las que pitan mucho y otras en las que se deja jugar demasiado. El penalti ha sido bastante claro, pero se ha comentado a los jugadores que no protesten en el partido. Al margen de Mikel, que es el capitán, no deben protestar porque no hemos tenido experiencias buenas».
Sobre la falta de profundidad de su equipo, apuntó que «es cierto que nos falta en los últimos treinta metros más profundidad. En las primeras partes lo hacemos, siempre tratamos de jugar ofensivos, pero nos falta precisión. Sin David nos falta equilibro al no tener un jugador de banda izquierda. Jugó Xabi Prieto y no conseguimos el equilibrio. Hoy jugó Mikel, pero con la intención de que pudiera jugar hacia dentro».
A la hora de explicar el bajón de su equipo en el segundo tiempo recordó que «afrontamos el partido con problemas de Víctor López y Mikel Labaka. Carlos Martínez no jugaba desde Eibar, Elustondo jugaba su primer partido de salida. Afrontamos el partido con ciertos obstáculos, pero estoy contento con el rendimiento de los jugadores. La primera parte ha sido nuestra. En la segunda Asier tuvo dos buenas paradas y hubo un larguero. Carlos también tuvo un poste y, en general, es un resultado justo»
El lateral derecho comentaba que «estoy contento con mi partido tras siete sin entrar en convocatoria. Era una oportunidad que debía aprovechar y no me he puesto nervioso. Los compañeros me han animado mucho, he salido tranquilo y, aunque al final he sufrido bastante y se me ha cargado todo, he intentado aguantar lo mejor posible. Viendo los últimos quince minutos sumar un punto y acabar con la puerta a cero es positivo, pero el partido no ha sido bueno y hay que cambiar y lo haremos. Desde dentro noto que el equipo acabó cansado, veníamos con los centrales con problemas y Garitano ha tenido que pedir el cambio».
GARA
La Real regresó en autobús y hoy tendrá descanso para comenzar a preparar mañana a las diez en Zubieta el próximo partido del domingo a las cinco contra el Hércules en el Rico Pérez.
El primer juvenil perdió 2-1 ante Osasuna y el Easo empató a uno en el campo de la Cultural de Durango. Hoy juega el Sanse a las cinco en Barakaldo con las bajas de Esnaola por lesión y Viguera por sanción, pese a lo cual no entró en convocatoria por razones técnicas Oskitz.