Los milicianos islamistas mostraron ayer a los 48 miembros de las fuerzas de seguridad que, según explicaron, se rindieron durante los duros combates registrados en el norteño valle de Swat, en el noroeste de Pakistán.

Los insurgentes partidarios del clérigo Maulana Fazlullah escoltaron a los periodistas hasta Charabagh para ver a los detenidos, que fueron presentados como miembros del Cuerpo de Fronteras y de la Policía. Uno de ellos, Barkat Ullah, dijo haberse entregado durante los enfrentamientos en la zona de Khawaza Khela, en Swat. «Nos hemos rendido. No teníamos municiones, no teníamos otra opción».

Las autoridades paquistaníes negaron que ningún miembro de las fuerzas de seguridad se hubiera rendido.

Por otro lado, un ataque aéreo estadounidese mató en la localidad fronteriza con Afganistán de Miran Shah a diez paquistaníes, insurgentes islamistas según los autores de la acción.

Estos ataques coincidieron con los cada vez más intensos rumores de que el Gobierno estudia un plan de acción que podría incluir el estado de excepción y poderes extraordinarios para el presidente, Pervez Musharraf, para hacer frente a la grave situación del país. Además, se prorrogaría por seis meses la claúsula legislativa que permite a Musharraf compaginar los cargos de presidente y de jefe de las Fuerzas Armadas.