Lleva por título «Homenaje al Guernica de Pablo Picasso» y, según hace notar el artista donostiarra Tomás Hernández Mendizabal, «no es una obra pequeñita que, por equivocación, alguien haya podido tirar a la basura, sino una obra hecha a base de varias planchas de madera pintada de 1,20 metros de largo por 1 de alto, aproximadamente, así es que debe aparecer».

Tras ganar el Gran Premio de Pintura Vasca en 1967, convocado por el Centro de Atracción y Turismo de Donostia, la obra de Zumeta estuvo durante años en un despacho del propio CAT, en sus antiguas dependencias de los bajos del Victoria Eugenia. «Era el despacho que utilizaban los alcaldes, en su condición de presidentes de la entidad, y en el que se realizaban cantidad de reuniones, de modo que existen infinidad de personas que han visto esa obra», asegura el artista donostiarra.

Tomás Hernández Mendizabal, desde siempre muy ligado a todas las manifestaciones festivas populares, se incorporó al Centro de Atracción y Turismo a primeros de los años 60. Fue en 1964 cuando, como miembro de la Comisión de Juventud de la entidad, propuso y logró sacar adelante la convocatoria del Gran Premio de Pintura Vasca, «abierto en aquellos años a artistas de los siete herrialdes» -destaca-, del que se llegaron a celebrar siete ediciones. Fue en la tercera en la que ganó la obra de Zumeta ahora desaparecida.

Gestiones infructuosas

En 1999, para ilustrar lo que consideraba dejadez con respecto a la promoción de la pintura y la escultura por parte del Ayuntamiento, el artista hizo un estudio sobre los concursos y las exposiciones que se celebraban en Donostia décadas atrás. Ese estudio le llevó a interesarse por la situación de las obras ganadoras del Gran Premio de Pintura convocado antaño por el CAT, obras firmadas por artistas como Carmelo Ruiz de Elguea, Juan José Aquerreta, Vicente Ameztoy o el propio José Luis Zumeta. «A partir de la segunda edición -recuerda Hernández Mendizabal-, las obras ganadoras del primer y el segundo premio se depositaban en el Museo San Telmo, por lo que acudí directamente allí. Estaban todas, salvo la de Zumeta. Yo ya sabía que ésta había estado en un despacho del CAT, del mismo modo que `Galerie de Visages', de Paul Rambien, había estado en la oficina del director del Festival de Cine. Pero, así como la obra de Paul Rambien estaba ya custodiada en San Telmo, la de Zumeta no. Pues, si `Homenaje al Guernica de Pablo Picasso' no está ni en el Centro de Atracción y Turismo ni en San Telmo, habrá sido trasladada a alguna otra dependencia municipal, pensé, y fue entonces cuando hice las primeras gestiones para que el Ayuntamiento me informase de en qué dependencia concreta estaba».

Aquellas gestiones no dieron fruto, por lo que, en 2005, Tomás Hernández volvió a la carga. En esa ocasión, la directora del Museo San Telmo, Susana Soto, abrió una investigación, de cuyas conclusiones el artista donostiarra no fue formalmente informado, por lo que, «muy enfadado con el alcalde, que por lo visto no tiene ningún interés en este asunto y no contesta», acudió al Ararteko en febrero pasado.

La oficina de Iñigo Lamarka se dirigió entonces al Ayuntamiento para conocer las actuaciones llevadas a cabo a raíz de la denuncia de la desaparición de la obra de Zumeta. Tras recibir información por parte de los servicios municipales, concluyó que, «sin perjuicio de que no haya dado los frutos deseados, no estamos ante una situación de inactividad (por parte del Ayuntamiento), como lo acredita el informe elaborado por la directora del Museo San Telmo». El Ararteko proponía un encuentro de Tomás Hernández Mendizabal con funcionarios municipales por si pudiera aportar «algún dato más» que permitiese avanzar en las pesquisas. A partir de ahí, la oficina de Lamarka daba con agotadas sus posibilidades de actuación e instaba al Ayuntamiento a «mantener abierta cualquier posible investigación para tratar de encontrar esta obra».

Interpelado ayer por GARA en torno a la obra desaparecida, el delegado de Cultura del Ayuntamiento de Donostia, Ramon Etxezarreta, declaró que la investigación municipal ha llegado hasta donde podía llegar. «Tenemos constancia -detalló- de la existencia de un acta en la que San Telmo acepta la donación de esa obra de Zumeta, pero no de que llegara a ingresar alguna vez en el museo. ¿Pudo estar en el Centro de Atracción y Turismo? Seguramente, pero los más veteranos de los trabajadores actuales del CAT y de Donostia Kultura no lo recuerdan. Por otra parte, hay que tener en cuenta que los archivos y la documetnación de aquella época también son lo que son, así es que no tenemos posibilidades de avanzar más en la investigación». Etxezarreta añadió que, hace unos años, «a raíz de que Tomás Hernández planteara el tema», los servicios jurídicos municipales fueron consultados sobre la posibilidad de presentar una denuncia. «Pero, claro, si apenas tenemos constancia documental sobre la obra desaparecida, tampoco estamos en condiciones de presentar una denuncia mínimamente fundamentada», argumentó.

Hernández Mendizabal, sin embargo, está dispuesto a insistir «todas las veces que haga falta», porque considera que la desaparición de una obra de arte patrimonio de la ciudad es algo «muy grave», ante lo que se impone «una denuncia judicial, una investigación seria y, en su caso, la correspondiente depuración de responsabilidades». Porque «lo que está claro -subraya- es que `Homenaje al Guernica de Pablo Picasso' no aparece, y debe aparecer».