ESK se mostró ayer en contra de la reciente reforma de la Seguridad Social, ya que «se acentúa la contributibidad de las pensiones y se atenua el principio de solidaridad que debe presidir todo sistema público de pensiones». En la presentación del informe elaborado sobre la reforma de la Ley General de la Seguridad Social, que recoge «con ligeras variaciones», el acuerdo firmado por el Gobierno español, los sindicatos UGT y CCOO, y las patronales CEOE y CEPYME, subrayó que «lo negativo supera con mucho a lo positivo, ya que se incorporan nuevos recortes a las pensiones que se vienen a sumar a los conocidos en el pasado».

Explicó que en ese texto, se recogen algunos aspectos positivos que considera de «poca importancia y que afectan a poca gente», entre los que cita la mejora la base de cotización de quienes perciben el subsidio para mayores de 52 años; la mejora de las pensiones de las personas jubiladas anticipadamente antes del 1 de enero de 2002 y la pensión de viudedad para las parejas de hecho.

Frente a esos aspectos destacó los negativos, entre los que incluye la modificación de la forma de cálculo de las pensiones de incapacidad permanente, derivada de enfermedad común, vinculándola a los años de cotización. Indicó que esta medida perjudica a quienes tengan pocos años de cotización y «no beneficia a nadie, acentuando la contributividad de las pensiones y atenuando el principio de solidaridad».

Endurecimiento de requisitos

Rechazó también el aumento del período mínimo de cotización para acceder a la pensión de jubilación, ya que de los 4.702 días que se exigen actualmente (12,88 años, a los que se suman las pagas extras para alcanzar los 15 años) se pasará gradualmente (en 5 años) a exigir 5.475 días (15 años efectivos, sin tener en cuenta las pagas extraordinarias).

Igualmente criticó el endurecimiento de los requisitos y las condiciones para acceder a la jubilación parcial, puesto que podrán acceder sólo los trabajadores a tiempo completo (hasta ahora, también quienes trabajaban a tiempo parcial), se exigirá tener 61 años (hasta ahora 60), antigüedad de 6 años (hasta ahora no se exigía) y la reducción máxima de jornada será del 75% (hasta ahora del 85%).

En este apartado situó además la previsible reforma de la pensión de viudedad, que puede hacer que ésta se considere como «renta de sustitución y condicione su percepción a la existencia de un determinado grado de dependencia económica, al igual que lo ha hecho al regular la pensión de viudedad para las parejas de hecho».