El primer ministro italiano, Romano Prodi, anunció ayer un plan para dar salida a la crítica situación en la que se encuentra la región de Campania y, en especial, Nápoles, a raíz de la acumulación de basuras en las calles. Entre otras medidas, auto- rizó la intervención del Ejército en casos de «extraordinaria necesidad y urgencia».

Este plan pretende lograr la «autosuficiencia» de Italia en materia de eliminación de residuos, sin tener que recurrir a la «costosa exportación de los desperdicios» a otros países, como Alemania, y acabar así con «catorce años de situación de urgencia» en la región en materia de residuos.

Para ponerlo en marcha, Prodi ha nombrado un nuevo comisario con responsabilidades operativas y logísticas, el antiguo jefe policial Gianni de Gennaro, que estará respaldado por un general de división y dispondrá de cuatro meses para gestionar con éxito la crisis.

Con el fin de eliminar los residuos, tanto normales como especiales, se dotará a la región de determinadas estructuras, como son la construcción de tres incineradoras -la primera, en construcción- y la apertura de varios vertederos.

De esta forma, se intenta terminar con los llamados consorcios, empresas mixtas bajo el paraguas del comisario para la emergencia (el primero de los cuales fue nombrado hace catorce años) y que, según algunas fuentes, están infiltradas por la Camorra, la mafia napolitana.

Para la asociación de defensa del medio ambiente Legambiente, parte de la responsabilidad de esta situación «catastrófica» son precisamente «las empresas que ganaron los concursos públicos y no cumplieron sus compromisos, construyendo en lugares inadecuados e incumpliendo las normas para el tratamiento de residuos».

Después de una noche de incendios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, la sureña ciudad de Nápoles continuaba ayer sumida en el caos, especialmente en el barrio periférico de Pianura, donde las autoridades competentes han decidido reabrir un vertedero que permanecía cerrado desde hace diez años.