Badiola dio a entender ayer que llegarán cinco fichajes, el número que anunció para ganar las elecciones, aunque más que la cantidad lo que ilusionó fueron los nombres de Zigic, Martí o Mark González, que no van a venir. Badiola se mostró firme ante la postura de Coleman, que rechazó públicamente ese número y concretamente fichajes como el de Mérida, que ya está en Donostia. Una firmeza que el presidente no mostró antes del partido de Salamanca, cuando la Real estaba en racha. Declaró ayer que si la Real gana 0-4 en Salamanca no tendría un discurso distinto, algo que uno, como tantas otras cosas, no se cree. De ganar 0-4 todos los aficionados estarían contentísimos porque el ascenso estaría sólo a un punto y sería inimaginable el órdago que le lanzó ayer a Coleman. Era clave el partido del domingo y por eso los jugadores no debieron salir al campo como en el primer tiempo. Pero no salieron bien, el árbitro tuvo dos errores que costaron la derrota y lo triste es que decisiones claves dependen de un partido. Los aficionados que apoyaron a Badiola exigieron tras la derrota que fuera firme ante Coleman y trajera cinco fichajes, ellos son los que deciden en la Real y su presidente dijo ayer lo que querían escuchar.

Ahora la pelota está en el tejado de Coleman y si es inteligente y quiere defender este proyecto lo mejor que puede hacer es seguir y alinear cada domingo el once que estime oportuno independientemente de que lleguen dos o cinco fichajes. No tiene por qué alinear a aquéllos que no le gusten con la esperanza de que los resultados vuelvan a darle la fuerza que perdió el domingo. Y si no llegan, será destituido siendo fiel a lo que ha defendido.

Porque Badiola dijo que la Real no subirá con los que están, pero seguro que no ascenderá si entran cinco jugadores y un nuevo entrenador que no va a tener tiempo para hacer un equipo en plena temporada. Sería un grave error y, si se cumple esto y la Real no sube, Badiola puede pasarlo muy mal en junio. Pero el presidente es muy listo y tiene su baza para ganar siempre. Si se le plantea una moción de censura ya dijo ayer que su empresa renovará a Xabi Prieto y que en ese caso lo venderá y todo el dinero será para él. Es decir, por los 300.000 euros que puede pagar de ficha hasta junio el presidente tendrá la opción de vender entonces a un jugador por el que en agosto el Racing ofreció dos millones y cuyo traspaso valdrá más cuando renueve. Es lo más grave de su rueda de prensa de ayer. Es la Real, no la empresa de Badiola, la que debería pagar lo que acuerden el presidente y el jugador. Renovar a su jugador más cotizado es una de las claves para el futuro deportivo y económico del club. De lo contrario, la Real puede seguir en Segunda y sin la opción de contar con su estrella ni de traspasarla.