La final de un torneo menor como la Supercopa en el BEC fue el preludio de la gran fiesta del basket que se vivirá hasta al domingo en Zurbano. El caprichoso sorteo hizo que Tau Baskonia y Iurbentia Bilbao Basket sólo puedan repetir este enfrentamiento en semifinales, pero la presencia de ambos en la Copa es un aliciente más en un torneo que se presenta apasionante porque todos los equipos tiene argumentos para soñar con la victoria: la fuerza del Baskonia, la calidad de Unicaja, la ilusión de Bilbao Basket, la contundencia del campeón Barcelona, el espíritu del R&R de la Penya, la versatilidad de Pamesa, la plantilla del Real Madrid y el factor Gasol del Girona.

El Baskonia confía en su buen pico de forma y en esa secuencia de llevarse los títulos en los años pares (2002, 2004 y 2006) para hacer frente a la maldición que parece perseguir al anfitrión -de hecho es el propio Tau el único en lograr el título en casa-. Con la confianza en la plena recuperación de Pete Mickeal, la última victoria en Vistalegre debe servir para fortalecer la confianza de un bloque que parece comenzar a ensamblarse.

Los de Neven Spahija abrirán el torneo mañana a las 19.00 con un «clásico» ante un Unicaja en franca mejoría. Como suele ser habitual en los equipos de Sergio Scariolo -sus trampas tácticas lo convierten en uno de los mayores peligros del equipo verde-, el conjunto malagueño ha dibujado una trayectoria ascendente y, aunque los mimbres serán los mismos, la respuesta será muy distinta a la de aquel plantel que hizo el ridículo en Zurbano en la octava jornada. Con un juego interior potentísimo y un Jiri Welsch en su mejor momento en ACB, los andaluces son una escuadra muy peligrosa, aunque pueden pagar la falta del corazón que impone su capitán Berni Rodríguez.

La ilusión del debutante

A pesar de sus dos últimos tropiezos, Bilbao Basket se ha ganado el respeto de todos y reúne muchos más argumentos que la ilusión del debutante -que no suele ser poco en este tipo de torneos- para soñar con hacer algo todavía más grande de lo que están logrando en su mejor temporada.

Txus Vidorreta ha conseguido conjuntar un plantel rocoso y con recambios de garantías que esta misma temporada ya «profanó» el templo de Zurbano y sólo presenta la duda de la respuesta que puede dar el pívot Fred Weis si tiene que jugar tres partidos en cuatro días.

El camino a esa hipotética semifinal «con label» tampoco es sencillo para los bilbainos, que deberán enfrentarse al vigente campeón, el Barcelona, en su debut en la competición. El equipo catalán está siendo demasiado irregular, pero el año pasado llegó en similares circunstancias y arrasó en Málaga. La mentalidad de Ivanovic en estos torneos cortos, la calidad de Lakovic en los momentos calientes y la irrupción de un Ilyasova que podría ser la sorpresa del torneo son argumentos adicionales a una plantilla de muchísimos y contrastados recursos.

Juventud para el viernes

Aunque no haya levantado quizá la expectación de otros emparejamientos, el viernes arrancará con una eliminatoria interesantísima entre el DKV Joventut y el Pamesa Valencia. Con la fuerza y la intensidad del R&R (Ricky y Rudy ), la Penya es posiblemente uno de los equipos más estéticos para el espectador y Aíto es todo un experto en sacar el máximo partido a todos sus efectivos, algo clave en este tipo de torneos. Enfrente, el Pamesa regresa a la Copa tras su ausencia del año pasado sin gran presión pero con la ilusión de repetir el título que consiguió hace diez años. Katsikaris también cuenta con grandes jugadores: Williams, Douglas, Milojevic, Garcés y un Stanco Barac que ya maravilló a Zurbano en su última visita.

A priori, la eliminatoria entre el Real Madrid -líder destacado y cabeza de serie en Euroliga- y el Akasvayu Girona es la más descompensada. Sin embargo, la Copa es un torneo muy dado a las sorpresas y el equipo blanco deberá afrontarla sin Lazaros Papadopoulos -lesionado-, el jugador que mejor podría parar a Marc Gasol, el jugador más valorado de la presente ACB.