El Gobierno de Chad aseguró ayer que el alto el fuego no es necesario porque la guerrilla ha sido derrotada, mientras que el presidente galo, Nicolas Sarkozy, advirtió de que el Estado francés «podría intervenir» si fuera necesario. Fuentes de la guerrilla, por su parte, afirmaron que aviones franceses bombardearon sus posiciones y acusaron, además, a París de haber matado civiles, extremo que no fue desmentido por Sarkozy.

El primer ministro de Chad, Nourredine Delwa Kassiré Coumakoye, se preguntó «¿para qué un alto el fuego? Los rebeldes ya no existen. ¿Con quién firmamos un alto el fuego? Los hemos derrotado». Agregó que la situación está bajo control, tras varios días de combates en N'Djamena, ya que los guerrilleros han sido «diezmados».

Horas antes, los insurgentes anunciaron que aceptaban, por el bien de la población del país, el principio de un alto el fuego, a petición de los jefes de Estado de Burkina Faso y Libia. Mientras, un jefe guerrillero aseguró que aviones galos bombardearon en los últimos días sus posiciones, extremo que negaron las autoridades galas y chadianas.

Sin embargo, a las acusaciones de haber matado civiles, Sarkozy respondió que «no es del todo exacto» y añadió que «no ha habido ningún disparo del Ejército francés que no haya sido para proteger a nuestros compatriotas», por lo que, agregó, los soldados galos «estaban en legítima defensa».

Para evitar el riesgo de aparecer, de nuevo, como el «gendarme de África», París trata de implicar al máximo a la ONU, pero para los insurgentes, «Francia simplemente ha cambiado su boina roja por la azul de Naciones Unidas para decir que tiene legitimidad internacional».

Acusado por la guerrilla de apoyar con las armas una dictadura y de no haber cambiado sus viejas prácticas, París se defiende reiterando que no participa en los combates.

Mientras, insiste en la «legitimidad» del presidente Idriss Deby, que llegó al poder por las armas en 1990, con el apoyo de los servicios secretos franceses, y que preside un régimen acorralado, acusado de corrupción.