la copa en gasteiz
ScouTs de la NBA: a la caza de la piedra filosofal
Insertos entre el público, pero no de incógnito. Con su libreta, añadiendo notas, construyendo al jugador ideal. Jugando a futurólogos o alquimistas, a la caza del oro y el diamante donde los demás ven carbón. Son los Scouts de la NBA: el Gran Hermano que vigila.
Arnaitz GORRITI
Sobrevuelan cada rincón de la cancha, memorizando cada gesto y acción, con la seguridad que les otorga su ojo clínico. Algo se palpa en el ambiente cuando los ojeadores de la NBA rondan: se mira al juego y a la grada indistintamente. Abajo, una canasta: murmullos de adoración; arriba, un cabeceo afirmativo y una nota; abajo, un tobillo torcido, arriba, una interrogante. El partido se acaba y, con la naturalidad de quien conoce el suelo que pisa, un scout pregunta en la enfermería. ¿Qué ha pasado? Otra vez un esguince. Anota en su cuaderno: «Atención: problemas con los tobillos». Un dato más, otra hoja rellena más.
«No todos los equipos de la NBA mandarán Scouts a Gasteiz», afirma Anicet Lavodrama al otro lado del hilo telefónico. Tanto es así que, de los 39 que estuvieron en Málaga el año pasado, este año la cantidad se ha visto reducida a doce. No obstante, el otrora «armario ropero» de OAR Ferrol, y uno de los pioneros del baloncesto africano -que hace tiempo cambió el desarrollo de sus bíceps por el de su siempre bien amueblado cerebro- sí estará presente. El de Bangui estará en calidad de ojeador de los Cavaliers.
«Estaré en Gasteiz desde el jueves hasta que acabe el torneo, pero eso no quiere decir que las 30 franquicias de la NBA vayan a mandar ojeadores. De hecho, el seguimiento de los jugadores de la ACB ya es bastante completo, de modo que, aprovechando que en Italia también se disputa la Copa o que en Francia, en Toulon, se celebra `la semana de los ases', el seguimiento por parte de los scouts estará bastante diversificado».
Casi al mismo nivel de la NBA
La Copa constituye un banco de pruebas muy fiable para estos ojeadores. Cómo rinde el jugador bajo presión, cómo se desenvuelve ante un duro marcaje, cómo se desarrolla su juego conforme aumenta la dificultad. La alquimia baloncestística a la caza de la piedra filosofal, he ahí el trabajo de esta gente.
«La Copa es un evento muy exigente, casi al mismo nivel de la NBA», afirma Lavodrama sin dudar. «Se juegan muchos partidos muy seguidos y hay que recabar esa información de primera mano, ya que se precisa que los jugadores, además de muy alto nivel, demuestren ser constantes. No sólo ver el rendimiento de aquellos jugadores que se vienen siguiendo en el momento clave de un partido, sino su rendimiento en momentos clave de la temporada».
La pregunta obligada es a quién vienen a ver estos futurólogos. Ríe Lavodrama. «Difícilmente vas a descubrir un talento nuevo, ya que el proceso de seguimiento que se realiza es muy completo, pero sí vas a ver cómo evolucionan los jóvenes jugadores: Rudy Fernández, Tiago Splitter, Ricky Rubio, que lo veo como una mezcla entre Pistol Pete Maravich y Drazen Petrovic... Pero, por otro lado, también queremos ver si jugadores menos conocidos, como puede ser Sergi Llull -o Barac, o Claver- a ver qué tal responden ante esta oportunidad».
La idea de Lavodrama, y de los scouts que asistan a Gasteiz, es no perder ripio de lo que se cuece, aunque siempre se acude a la información que proporcionan los clubes de la ACB -entrenadores, médicos, técnicos de base...- u otros scouts. «Hay que ver cada paso que da el jugador. Tengo que estar ahí para ver si ha llegado, o no, su momento».
Pero no sólo de pan vive el hombre, según el dicho. Al fin y al cabo, la Copa es una competición y hasta los ojeadores dejan de mirar con ojo profesional para empezar a ver desde la afición. Lavodrama, fiel seguidor de «Aíto» García Reneses y de su trabajo con la cantera, expone su debilidad.
«Uno no es tan frío a la hora de contemplar una competición. Sé que la Copa está muy abierta y que no se puede subestimar a nadie. Por ejemplo, a Iurbentia Bilbao Basket que, aunque sea el novato y vaya de `Cenicienta', puede hacer que algún rival se les enfrente con un punto de relajación. Yo tengo una predilección personal por «Aíto» García Reneses, pero todos los partidos se presentan muy parejos».