Estos galos están locos
«Astérix en los Juegos Olímpicos»
La tercera entrega en imagen real de las aventuras de Astérix y Obélix, basadas en los cómics de Goscinny y Uderzo, es la producción cinematográfica más cara en la historia del mercado francófono.
Mikel INSAUSTI | DONOSTIA
Hay sagas que escapan al intento de análisis crítico, porque de nada sirve decir que la primera parte era mejor que la segunda, cuando ésta es seguida por una mayor cantidad de público. Una lógica de mercado que dispara la consiguiente inversión para «Astérix en los Juegos Olímpicos», batiendo récords dentro de la producción francófona. Se calcula que el presupuesto final ha rondado los ochenta millones de euros, una cifra al alcance de Hollywood pero excesiva para el cine europeo. Por si fuera poco, los decorados construidos en los estudios alicantinos de la Ciudad de la Luz iban a ser amortizados con el posterior rodaje de «Pompeya», el espectacular peplum que Roman Polanski no ha podido poner en marcha, así que deberán ser vendidos o guardados para mejor ocasión. En algunas entrevistas el productor y ahora realizador, Thomas Langmann, ha dicho, medio en serio medio en broma, que se puede permitir semejante derroche por ser hijo del todopoderoso Claude Berri. ¿Quiénes están locos, los romanos o los galos?
Independientemente de que el álbum homónimo de Goscinny y Uderzo se presta a un tratamiento grandilocuente -para algo está ambientado en los Juegos Olímpicos de Grecia-, permitía reunir un reparto internacional representando a los distintos países competidores, con la inclusión añadida de famosos deportistas como estrellas invitadas. La lista es muy larga y algunos de los rostros conocidos se han quedado en la mesa de montaje, si bien no se puede hacer caso de toda la rumorología que circula al respecto. Lo cierto es que están el futbolista Zinedine Zidane, el piloto automovilístico Michael Sumacher o el jugador de basket Tony Parker. Cameos varios que palidecen ante la presencia estelar de Alain Delon en el papel del emperador Julio César, quien tiene como hijo adoptivo a un tal Brutus, interpretado por el gran actor belga, Benoit Poelvoorde, quien reivindica la nacionalidad de los autores del cómic. Para rejuvenecer a Gérard Depardieu en su rol de Obélix, le han buscado un compañero de aventuras más joven, un Clovis Cornillac que sustituye a Christian Clavier.
T.O.: «Astérix aux Jeux Olympiques».
Dirección: Frédéric Forestier y Thomas Langmann.
Guión: Thomas Langmann, Olivier Dazat, Alexandre Charlot y Franck Magnier.
Intérpretes: Clovis Cornillac, Gérard Depardieu, Benoit Poelvoorde.
País: Estado francés, 2008.
Duración: 113 minutos.
Género: Aventuras.