Los sindicatos de los hospitales de Cruces y Basurto informaron el pasado lunes de «la situación de colapso» que sufrieron los servicios de urgencias de ambos centros hospitalarios, una circunstancia que niegan sea puntual y que según ELA, mayoritario en el sector, responde a «un problema estructural».

A las 8.00 de aquel día, en el servicio de reconocimiento de Cruces había cuatro pacientes en camilla ubicados en el pasillo, y hasta las 11.00 «se habían realizado únicamente ocho ingresos, cuando a esta hora había 45 pacientes pendientes de ingreso en urgencias. De estos, algunos de los ubicados en evolución llevaban más de 48 horas a la espera, mientras que 10 de los ubicados en reconocimiento superaban las 18 horas de espera».

El mismo día, en Basurto, según el comité de empresa, a las 14.30 había 128 usuarios en el servicio de urgencias, tanto en la sala de espera, como en la de boxes y observación. 60 personas se encontraban «donde podían, dada la reducida capacidad de la sala de espera, para ser recibidas» mientras que los pacientes pendientes de ingreso sumaban 41, «muchos de ellos, tras 48 a la espera de ser ingresados», según la misma fuente.

Escasez de camas «que por repetida» en Cruces «parece ya habitual», dice ELA, sindicato que, en el caso de Basurto, añade «mala gestión» en el centro.

Llegarán las alergias

En días sucesivos la situación ha ido mejorando en el hospital bilbaino, aunque no del todo en Barakaldo. «El colapso no es algo extraordinario. La Administración lo achaca ahora a la gripe, pero en unos meses habrá colapso por las alergias; hay un problema estructural que tiene que ver con falta de plantilla o de camas y hay que ver cómo están las zonas ambulatorias, en las que hay que atender con rapidez a muchos pacientes», valora este sindicato.

Frente a lo que sostiene el consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, «mucha gente no puede pasarse ocho días en casa para pasar la gripe porque le echarían del trabajo y, ante el colapso de los ambulatorios, aunque a veces sí se podría esperar, cuando al usuario le dan hora para dos o tres días después, no es irresponsable que vayan a urgencias porque realmente, en muchos casos, no pueden esperar», considera.

La reducción de camas puesta en práctica en los centros hospitalarios lleva, según los sindicatos, «al círculo vicioso del fomento de la atención a domicilio que conlleva, a su vez, numerosos reingresos».