La Ley de Prevención de Riesgos Laborales es «un fracaso absoluto»
CCOO de Euskadi realizó ayer un balance de la siniestralidad laboral en la CAV. Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral, se mostró crítico con el resultado de doce años de legislación en materia preventiva. Acusó a los organismos oficiales de ocultar las enfermedades profesionales y a los empresarios por no aplicar la legislación. Todo esto ocurre en un cruce de cifras sobre siniestralidad laboral que trata de esconder la repercusión y el fracaso de la legislación.
Juanjo BASTERRA |
Este próximo domingo se cumplen doce años de la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL). Las carencias que estaban presentes en 1996, persisten y, en muchos casos, aumentan, pero se ocultan mediante informes de evaluaciones de riesgos que se tienen en las estanterías de las empresas y que se utilizan como pretexto ante alguna de las pocas inspecciones que se realizan desde la Administración.
La realidad está demostrando que en una parte muy importante de los centros de trabajo se incumple la legislación con frecuencia. Para que no haya dudas sobre los accidentes de trabajo. En 2007, han fallecido un total de 125 trabajadores y en estas escasas seis semanas de 2008 son otros 12 trabajadores.
Estos datos están recogidos de las estadísticas que elabora LAB y que reflejan con nombre y apellidos los accidentados entre trabajadores vascos y en las empresas ubicadas en Euskal Herria. Si analizamos la evolución de la siniestralidad desde 1996 a 2007 en Hego Euskal Herria, se demuestra que los accidentes de trabajo con baja se encuentran en niveles medios similares a lo largo de estos doce años.
Enfermedades profesionales
Ayer, por ejemplo, Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi, y Aizpea Goñi, de ese área, ofrecieron la evolución de esos doce años en la CAV y concluyeron en que «han disminuido en número y aunque ha crecido la población asalariada en ese período en un 30%». Uzkudun señaló que «es positivo, pero insuficiente» y dijo no querer entrar «en esa guerra de datos, porque las ramas no nos dejan ver el bosque».
Uzkudun reconoció que «es más barato incumplir la ley» y añadió que «está claro que a los empresarios les merece la pena, porque es muy difícil que les toque una inspección, porque hay una escasa voluntad para perseguir los riesgos». Los representantes de esta central sindical pusieron el acento en los problemas de la salud relacionados con las enfermedades profesionales, porque, como denunció Uzkudun, desde que en enero de 2007 entrase en vigor la nueva lista de enfermedades profesionales, las mismas han descendido un 56,3%.
«Es escandaloso. Quizá -señaló el responsable de CCOO- el Departamento de Trabajo y Confebask han logrado la mejora genética de los trabajadores». Según datos de Osalan, que CCOO de Euskadi mostró ayer, en la CAV se registraron el pasado año 1.302 enfermedades profesionales frente a las 2.983 del año anterior.
Según insistió Uzkudun, «el reto es hablar del daño invisible», de las enfermedades profesionales, que «están matando a más trabajadores que los propios accidentes de trabajo. Las estadísticas de la OIT indican que el efecto contra la salud de las enfermedades a causa del trabajo es diez veces mayor que el de los accidentes de trabajo».
Faltan nombres
Lamentó que «se produzca la invisibilidad de las enfermedades profesionales» y señaló que, en muchas ocasiones, «se camuflen como enfermedades comunes». En este caso, el responsable sindical señaló que Osalan ha reconocido en un estudio que los trabajadores de la industria de la madera «tienen cien veces mayor riesgo de sufrir cáncer que otros ciudadanos, pero me pregunto dónde están esos enfermos. No aparecen por ningún lado».
Para ilustrar esta ocultación, Jesús Uzkudun aseguró que «tres muertes por amianto que se han producido no figuran en el listado oficial de fallecidos por enfermedades profesionales, a pesar de que hayan sido reconocidas como tales por la Seguridad Social. Son las de los fallecidos: Javi Castro, Marcos Albitre y Cristina Pablo».
Para que no haya dudas, en 2007 murieron en Euskal Herria un total de 125 trabajadores y hasta ayer son ya 12 los que han fallecido en 2008 en el trabajo o en el trayecto al mismo. LAB tiene identificado a cada uno de esos trabajadores.
El pasado lunes el consejero de Empleo y Seguridad Social del Gobierno de Lakua, Joseba Azkarraga, anunció que, a partir de este momento, se iba a buscar un sistema para contabilizar bien los accidentes de trabajo debido a lo que denominó «baile de cifras». Sin embargo, desde las centrales sindicales se le ha pedido a Azkarraga que «no se maquillen las cifras». UGT, que coincide con LAB en el número de accidentes mortales, pidió a Azkarraga que «contabilice la cifra real de todos los fallecidos por accidente de trabajo», según explicó Pilar Collantes. Ofrece el dato de 101 muertos en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, los mismos que tiene registrados e identificados LAB para el territorio de Osalan y que, según UGT, fueron dados a conocer por la Autoridad Laboral. Ibon Zubiela, de LAB, recuerda que «lo más preocupante no es el baile de cifras, sino el hecho de que detrás de cada una de ellas hay una mujer o un hombre muerto en el trabajo» y criticó que «desde la Administración pública se maquillen las cifras, y siguen quedando fuera accidentes». En este caso, Jesús Uzkudun reconoció esta situación de que muchos accidentados no constan porque son autónomos o, por ejemplo, son «trabajadores inmigrantes». Confebask, a través de una nota, mostró su extrañeza por las cifras «contradictorias» aportadas por Osalan respecto a la contabilidad de los accidentes laborales mortales. Detrás de la queja de los empresarios se esconde un intento de reducir el impacto de los accidentes de trabajo, como denunciaron tanto LAB como CCOO. El consejero Azkarraga contestará hoy a las diferencias en el número de accidentes.
