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Escenium pone de manifiesto el buen momento que atraviesa el sector de las artes escénicas

El III Foro Internacional de las Artes Escénicas, que ha contado con la participación de 500 personas, se clausuró ayer en el Palacio Euskalduna de Bilbo. El congreso se ha celebrado en un ambiente de optimismo.

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Karolina ALMAGIA | BILBO

«El teatro está en crisis». Esa manida y eterna frase que tantas veces se ha escuchado puede guardarse en el cajón por un tiempo. El teatro no está en crisis, ni tampoco la danza, ni la música. Las artes escénicas gozan de buena salud, según las conclusiones que se han sacado estos días en el Palacio Euskalduna, donde se han dado cita quinientos profesionales.

Escenium, foro organizado por la Red Española de Teatros de Titularidad Pública, ha tenido una triple vertiente: como congreso de profesionales, como mercado de las artes escénicas y como punto de exhibición de espectáculos. Así, se han instalado 43 workshops o mostradores en los que las empresas han ofrecido sus productos. Para Gerardo Ayo, gerente del Sozial Antzokia de Basauri y presidente de la Red de Teatros públicos, lo interesante de este encuentro es que «todos los sectores han trabajado codo con codo: gestores, asociaciones de ferias, exhibidores, programa- dores y productores».

Del mismo modo, Ayo se muestra satisfecho con la repercusión que han tenido los tres estudios presentados en Escenium por tres universidades: la de Deusto, la de Barcelona y la Juan Carlos de Madrid. Estos informes, que fueron encargados por la Red, abren, según Ayo, nuevas puertas a la reflexión de las artes escénicas. «Por primera vez se ha auditado desde fuera, en vez de desde dentro. Esto nos proporciona datos muy útiles para trabajar sobre las necesidades reales del sector».

Euforia

Luis Bonet, de la Universidad de Barcelona, llevó a Escenium una radiografía de la situación económica de las artes escénicas en el Estado español, en una conferencia que fue seguida con gran interés. «Hemos analizado los distintos niveles de negocio: desde los cachés de las compañías hasta los sueldos de los trabajadores; nunca antes se había entrado a analizar comparativamente estos números». Aseguró Bonet que la gran mayoría de los teatros y festivales han visto aumentado su presupuesto considerablemente en los últimos tres años. «Es evidente que hay una euforia -afirmó-. Nunca jamás había vivido tanta gente de esto. Ahora toca consolidar empresarialmente el sector y mejorar algunos aspectos».

Juan Arturo Rubio, de la Universidad de Barcelona, y Arturo Rodríguez, de la Juan Carlos I de Madrid, presentaron en Escenium un estudio sobre el comportamiento de las subvenciones públicas y sus efectos prácticos. Según dijeron, a nivel estatal la conclusión es que las subvenciones se dan con bastante «opacidad», están «muy poco pensadas» y sus efectos «no están bien calibrados».

En lo que se refiere a la Comunidad Autónoma Vasca, se da la circunstancia única de que las subvenciones las otorgan de manera paralela el Gobierno de Lakua y las diputaciones. En cuanto al modo en el que se reparten, los expertos destacaron el hecho único de que la comisión que reparte las subvenciones esté formada por diferentes representantes de cada ámbito sectorial. «Hay mayor transparencia y objetividad que en el resto del Estado». Las mayores cantidades se las llevan la Quincena Musical y la ABAO.

Mucho dinero, mal repartido

En el caso de la comunidad navarra, los realizadores del estudio destacaron aspectos positivos y negativos. Los primeros son cuantitativos: Nafarroa tiene el ratio mayor de subvención por habitante (7,30 euros); sin embargo, todas las cantidades se otorgan nominalmente y casi todo el dinero va a parar a festivales y fundaciones como la Pablo Sarasate, entidad que se lleva el 60% del presupuesto.

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