La Justicia italiana dictó ayer entre ochenta y noventa órdenes de detención contra otros tantos presuntos miembros de la mafia en las ciudades de Palermo y Nueva York, entre ellos los jefes de los cales Gambino e Inzerillo, Frank Cali y Filippo Csamento, respectivamente, acusados de extorsión, blanqueo de dinero y otros delitos.

En Palermo fueron detenidas unas veintena de personas y sesenta más estaban siendo arrestadas en Nueva York.

Según las investigaciones, que han durado unos dos años, las familias estadounidenses de Cosa Nostra estaban intentando reorganizar la «readmisión en Sicilia de algunos de los cabecillas que tuvieron que exiliarse de Italia con ocasión de la sangrienta gerra entre clanes que se desencadenó en los años 80.