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«Yamauchi debe mostrar una gran cintura para ganarse la confianza del electorado»

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KAZUHIRO SODA | DIRECTOR DE «CAMPAIGN»

El Festival Punto de Vista arranca con el cuaderno de viaje fotográfico que el cineasta José Luis Guerín rodó previamente a su aplaudida realización en «En la ciudad de Sylvia». Como prólogo a este acto inaugural hemos tenido la oportunidad de trasladarnos a la localidad japonesa de Kawasaki para vivir, de primera mano, el frenético proceso electoral que filmó Kazuhiro Soda bajo el título «Campaign».

Koldo LANDALUZE | IRUÑEA

Kazuhiko Yamauchi se sitúa ante la entrada de una estación de metro de la ciudad de Kawasaki. Pone en marcha su inseparable megáfono y se presenta ante la concurrencia mientras hace reverencias y regala apretones de manos a diestro y siniestro. Así se inicia «Campaign», el primer largometraje del japonés Kazuhiro Soda, un autor que no reprime la risa durante toda la entrevista en cuanto rememora la imagen de su amigo Yamauchi y la singular peripecia que le llevó a protagonizar este acercamiento a la trastienda electoral del Japón actual.

La progresiva occidentalización de Japón queda reflejada en la campaña electoral que retrata su película...

Sí, es cierto. Es uno de los fenómenos más llamativos que padece la sociedad actual japonesa. Pero también es cierto que, a pesar de esa occidentalización tan manifiesta, se tiende, por otra parte, a proteger y valorar los valores ancestrales de nuestra cultura. Es el eterno conflicto entre lo viejo y lo nuevo. Políticamente, ello queda manifes- tado en las posturas que adoptan los políticos para conseguir votos. Es una lucha titánica en la cual los políticos nunca deben olvidar los códigos que conlleva el trato con su semejante.

Lo cual se traduce en los constantes apretones de manos y reverencias que debe realizar el protagonista...

Exacto. Yamauchi usa técnicas muy básicas para lograr el voto dentro de una comunidad que no es la suya y debe demostrar una gran cintura para ganarse la confianza del electorado y, sobre todo, de sus jefes de partido.

¿Hubo algún tipo de trato con el protagonista cuando se decidió a rodar esta película?

No. Lo que pasa es que el protagonista, Kazuhiko Yamahuchi, es amigo mío desde los tiempos en los que compartimos instituto. Yo estaba en Nueva York, donde resido, y un día otro amigo común me envió la foto de Yamauchi enfundado en un traje, engalanado con una banda y megáfono en mano. Me hizo mucha gracia aquella imagen, sobre todo porque Yamauchi es un tipo que nunca ha comulgado con las ideas conservadoras del PDL. Siempre ha sido una persona de ideas muy liberales, le gustaban mucho las fiestas, apenas iba a clase y nunca ha llevado un traje. De repente, verle transformado de esa manera me hizo coger rápidamente la cámara y trasladarme a Kawasaki para rodar esta película y, cuando se lo comenté a él, no hubo ningún tipo de problema. Me dejó filmar libremente.

A pesar de su amistad con Yamauchi, hay escenas de la cinta que debieron poner en peligro su carrera política...

Afortunadamente, la película se estrenó en Japón cuando el PDL decidió no confiar más en Yamauchi. Pero sí es cierto que hay escenas en las cuales quedan de manifiesto las dudas que acompañan a Yamauchi y su compañera durante su periplo electoral y que tienen mucho que ver con la fuerte carga conservadora que subyace en el mensaje del partido.

Sobre todo las concernientes al rol que debe jugar la mujer en estos procesos electorales...

No son mujeres, deben ser esposas y en todo momento deben gritar, a través del megáfono, que son la esposa del electo. En el caso concreto de la mujer de Yamauchi, me llamó mucho la atención por qué asumió un papel diametralmente opuesto al suyo. Siempre la he considerado como una mujer de ideas cercanas al feminismo y trabaja para una compañía norteamericana, lo que contrasta sobremanera con el discurso político del PDL. Quizás por ello, ésta es una película que ha tenido mayor éxito entre las mujeres de Japón.

¿Cómo reaccionó su amigo cuando vio la película?

Al principio, no muy bien. Cuando la vio en EEUU se quedó de piedra, pues pensó que lo había retratado como una especie de héroe. Tuvimos serias discusiones, que, progresivamente, se fueron diluyendo. Finalmente, Yamauchi me acompañó al Festival de Berlín, se cruzó la banda electoral sobre el traje, cogió un megáfono y lanzó un mitin en pleno Berlín que hizo las delicias de los paseantes. Desde entonces no ha parado y, cada vez que me ha acompañado, ha montado el circo electoral por su cuenta. Además, ha escrito un libro sobre sus memorias políticas que ha sido todo un éxito de ventas en Japón.

 

ESPOSAS

«El caso de las mujeres me llamó mucho la atención porque no son mujeres, deben ser esposas y en todo momento deben gritar, a través del megáfono, que son la esposa del electo»

DE PIEDRA

«Cuando Yamauchi vio la cinta en EEUU se quedó de piedra, porque pensó que lo había retratado como una especie de héroe. Tuvimos serias discusiones, que se fueron diluyendo»

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