«Ballast», de Lance Hammer, es un magnífico drama familiar ambientado en el Mississippi al que más de uno vio como candidato a Oso. De hecho, Hammer ya obtuvo el premio a la mejor dirección en Sundance por este filme, que pivota sobre tres personajes: una madre, un hijo adolescente metido en bandas gansteriles y el propietario de la casa en la que viven. Un acto violento hace que rebroten viejos conflictos y se alternen con los nuevos.

Pero el protagonismo en la jornada de ayer de la Berlinale no fue para «Ballast», sino para dos películas proyectadas fuera de concurso: «The other Boleyn Girl», protagonizada por Scarlett Johansson, Natalie Portman y Eric Bana, que ayer aportaron su glamour en el festival, y «Ka- tyn», de Andrzej Wajda, centrada en la matanza de 22.000 oficiales polacos a manos de las tropas soviéticas.

En «The other Boleyn Girl», dirigida por el novel Justin Chadwick, Scarlett y Natalie interpretan a las hermanas Mary y Ana Bolena, respectivamente, entregadas a Eric Bana, en el papel de Enrique VIII de Inglaterra, quien va teniendo hijos con una y otra, en detrimento de la reina legal, Catalina (Ana Torrent).

El filme de las Bolena recrea las leyes aún medievales de una monarquía que planifica con estrategia de razón de Estado a quién se coloca en la cama a un rey y cómo se liquidan los problemas de sucesión si lo que viene al mundo es una hembra.

La matanza de Katyn

«Katyn», por su parte, recrea la matanza de 22.000 oficiales polacos por orden de Stalin. «Con el ejército hitleriano invadiendo el país por el oeste y el soviético por el este, el mando polaco, desorientado, no reaccionó; no sabía del pacto entre Hitler y Stalin y no consideró hasta que fue demasiado tarde la posibilidad de un golpe así», explicó Wajda.

Los oficiales polacos apresados por los soviéticos fueron recluidos en Katyn y ejecutados de un disparo en la cabeza. Paralelamente, los nazis enviaban a campos de exterminio a intelectuales polacos.

«El filme da cuenta de la historia de mujeres como mi madre, que durante años esperaron el regreso del marido, mientras los soviéticos borraban pruebas de su matanza», explicó Wadja, cuyo padre murió en Katyn.

Añadió que «Katyn», candidata al Óscar como mejor filme de habla no inglesa, «fue imposible de rodar en tiempos del Telón de Acero; luego pasaron años hasta que reuní el material y la fuerza necesaria».

La matanza de Katyn sigue levantando recelos en Rusia, de modo que allí el filme no se estrenará hasta después de las elecciones.