La noticia de la detención de tres ciudadanos vascos en la localidad lapurtarra trascendió pasadas las nueve de la noche a través de agencias y medios de comunicación españoles, que citaban fuentes del Ministerio de Interior, mientras que las autoridades francesas guardaban inicialmente el habitual silencio sobre este tipo de operaciones. Las mismas fuentes españolas identificaron a los tres arrestados como Mikel San Sebastián, Joseba Iturbide y José Antonio Martínez Mur.

Iturbide y San Sebastián son los dos jóvenes de Lesaka que eran buscados por las fuerzas de seguridad españolas desde que se produjera la detención de los también lesakarras Igor Portu y Mattin Sarasola, el pasado 6 de enero en Arrasate.

Los medios españoles indicaron que Martínez habría estado relacionado con ETA en los años 80 y le presentaron como «miembro veterano relacionado con las finanzas» de la organización armada, añadiendo que estuvo viviendo «durante muchos años» en México.

Precisamente, siempre siguiendo el relato de las citadas fuentes policiales y periodistícas, el arresto de los tres se habría producido en el domicilio de Martínez en Donibane Lohizune. El asalto al piso habría corrido a cargo de agentes de la RAID, cuerpo de élite de las fuerzas policiales francesas. También se indicó que ninguno de los tres ciudadanos vascos portaba armas en el momento de la detención.

Hacia las 23.00 se procedía al registo de la vivienda, que estaba previsto que se prolongara durante la noche pasada.

Los tres detenidos iban a ser trasladados a la comisaría de Baiona, de donde les volverán a trasladar a Donibane para continuar la inspección del piso.

La agencia Efe difundió que fueron los servicios de información de la Gendarmería quienes alertaron a la Subdirección Antiterrorista (SDAT) de la Policía Judicial de que San Sebastián e Iturbide se habrían refugiado en casa de Martínez Mur. También comentaron que la operación había sido coordinada con la Guardia Civil y algunos medios afirmaron que agentes de este cuerpo habrían intervenido junto a los policías franceses.

Aunque tras hacerse pública la noticia se especuló con la posibilidad de que «el tercer arrestado» fuera Garikoitz Azpiazu Txeroki, fuentes policiales españolas negaron posteriormente que la operación se hubiera lanzado por la sospecha de que en la vivienda estuviera «el máximo jefe militar de ETA».

Por otro lado, también se señaló que la presencia en Donibane durante la jornada de ayer de la ministra francesa de Interior, Michèle Alliot-Marie, fue una mera casualidad, ya que coincidió con su presentación como cabeza de lista en las elecciones al Ayuntamiento de esta localidad costera [más información en la página 22].

Denuncias de torturas

La persecución policial contra Iturbide y San Sebastián comenzó tras la detención y las primeras torturas sufridas por Portu y Sarasola, según el testimonio de estos dos últimos. Aunque la operación del 6 de enero se inició hacia las 10.00 de la mañana en Arrasate, la presencia policial en Lesaka no se hizo notar hasta ya entrada la noche, cuando la Guardia Civil inició el registro de las viviendas en las que residían ambos.

Durante las jornadas siguientes, agentes del instituto militar inspeccionaron otras viviendas y distintos lugares de la localidad navarra. Entonces trascendió el nombre de Iturbide y San Sebastián, a los que el Ministerio español de Interior acusa de formar parte del mismo comando que Sarasola y Portu, que han sido imputados por el juez Santiago Pedraz como autores del atentado contra el aeropuerto de Barajas del 30 de diciembre de 2006.

En cuanto a las torturas denunciadas por Portu y Sarasola, el pasado martes se conoció que ocho guardias civiles han sido citados para declarar como imputados, el 22 de febrero, ante el titular del Juzgado número 1 de Donostia. Este juez incoó las diligencias referentes a Igor Portu después de tener conocimiento de que, el 7 de enero, había ingresado de extrema urgencia en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Donostia. El primer parte médico, que trascendió rápidamente a los medios de comunicación, confirmaba que el joven lesakarra había recibido múltiples golpes y que presentaba un pulmón perforado y neumotórax.

Sarasola denunció las torturas ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, que ordenó que fuera remitida al juzgado de Donostia.