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«La abstención dará una imagen diferente y única

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Iñaki Olalde
Miembro de la izquierda abertzale

Con Iñaki Olalde se hace un repaso en esta entrevista a la situación por la que atraviesa la izquierda abertzale tras la acentuación de la represión contra sus miembros, al momento político abierto con la ruptura del proceso negociador y a las claves por las que la izquierda abertzale ha optado finalmente por defender la abstención activa en las próximas elecciones a Cortes Generales españolas.

Iñaki IRIONDO

¿Qué saben de los mahaikides encarcelados? ¿Cómo están?

Aunque conocen bien la capacidad política y el dinamismo de la militancia y la base social de la izquierda abertzale, resaltan una y otra vez la ingente labor política que la izquierda abertzale está llevando a la práctica estos últimos meses en condiciones antidemocráticas extremas. Al igual que ocurre habitualmente con el resto de presas y presos políticos vascos, la semana pasada la mayoría de ellos y ellas fueron nuevamente trasladados a diferentes cárceles del Estado en aplicación de la política de dispersión.

¿Cuál es la situación actual de la izquierda abertzale?

La izquierda abertzale, pese a esta «caza de brujas», seguimos dando pasos para extender socialmente y poner en el centro del debate político los contenidos de la oferta política que conecta con la mediana social de Euskal Herria en estos momentos. Estamos convencidos de que tiene potencialidad para llevar a este pueblo a un escenario de democracia que deje abierto el camino a todos los proyectos políticos, incluido el de la independencia. Somos conscientes de que las actuaciones represivas tienen como objetivo en estos momentos sacar de la vida política a quien plantea una propuesta de cambio político en claves de derecho a decidir nuestro futuro y reconocimiento de Euskal Herria -los cuatro territorios en lo que se refiere al sur- como sujeto de ese derecho. Creo sinceramente que el Gobierno español del PSOE y el Estado se vuelven a confundir una vez más. Nuestras posiciones políticas son fuertes socialmente, y hoy es el día en que tras cientos de detenciones durante estos últimos meses miles de personas participan en ruedas de prensa, en movilizaciones, como la jornada de huelga, en la actividad política diaria en los pueblos... Y todo ello desde un trabajo político perfectamente definido y con perspectiva para seguir avanzado.

Les quieren obligar a la clandestinidad...

En Euskal Herria, en la izquierda abertzale y en sectores populares existe un alto nivel de responsabilidad política y de compromiso con este pueblo. Hasta ahora hemos demostrado que el fraude político que pusieron en marcha hace 30 años sigue manteniendo a este pueblo en una situación de negación de sus derechos y no tiene futuro. Además, hemos conseguido poner en marcha dinámicas culturales, lingüísticas, sociales, sindicales y políticas que han traído a este pueblo hasta las puertas del cambio político de fondo que necesita. Toda esta fuerza política y social va a continuar desarrollándose, adecuándose y buscando las fórmulas que nos permitan seguir avanzado.

¿Cuáles son los mecanismos de respuesta?

Hay mecanismos de respuesta inmediatos, de movilización en la calle y de información ante actuaciones represivas y otras conculcaciones de derechos. Pero el mecanismo de respuesta de fondo es trabajar para seguir fortaleciendo socialmente los contenidos a los que debe de responder el cambio político que mayoritariamente ve necesario la sociedad vasca. Para ello seguiremos extendiendo la Propuesta de Marco Democrático que la izquierda abertzale hizo pública en el Anaitasuna. Al mismo tiempo, hay que continuar impulsando dinámicas sociales y políticas para ir haciendo día a día Euskal Herria. Y en estas semanas, el mecanismo de respuesta es conseguir un nivel de implicación social lo más amplio posible en torno a la abstención activa, que marque un punto de inflexión en la conformación de una mayoría social activa que impulse, desde los pasos dados hasta el momento, los contenidos de un acuerdo político que permitan un escenario de democracia y la resolución del conflicto.

¿Habían previsto que ese podía ser el escenario si se rompía el alto el fuego?

Ya dijimos que el PSOE se levantó de la mesa de negociación negándose a un acuerdo y jurando que nos la harían pagar. Éramos conscientes que tras finalizar el proceso negociador, PSOE y PNV ponían en marcha una estrategia para presentar a la sociedad vasca un acuerdo de mera reforma del Estatuto vascongado, al que podría seguir una reforma del Amejoramiento. Un fraude como el de hace treinta años que adornarían con conceptos como derecho a decidir, pero sin ninguna concreción jurídico-política. De esta forma, el PSOE intentaría cerrar la denominada reforma del Estado, manteniendo las barreras constitucionales y preservando sus cotas de gestión. Y, a cambio, al PNV le ofrecía mantener el poder y la gestión de sus negocios.

Pero también éramos conscientes de que, ante las condiciones sociales que mayoritariamente demandan un cambio político de mayor calado y el liderazgo que la izquierda abertzale podía asumir en ese contexto, necesitaban intentar debilitarla para poder legitimar socialmente el fraude que están preparando. Hoy, la confrontación que existe en Euskal Herria es entre el proyecto político español -que sólo ofrece represión, represión y Constitución- y el proyecto de independencia para Euskal Herria, con una etapa transitoria, basado en la voluntad de la ciudadanía. En este contexto, el Estado opta por la represión, demostrando que su razón de ser es negar los derechos de Euskal Herria y la labor política de la izquierda abertzale muestra que sólo un proyecto político de independencia puede asegurar el futuro de este pueblo.

En ese panorama, el PNV se alinea en momentos clave con el Estado español, como en la declaración del Congreso del pasado diciembre. Va difuminando la denominada propuesta Ibarretxe para evitar que se evidencie aún más la confrontación con España. Y, en palabras de Urkullu, deja claro que están dispuestos a pactar con el PSOE o, si hace falta, con el PP tras las elecciones.

¿A qué atribuyen la ferocidad de la represión, ese interés por encarcelar a aquél con el que has estado dialogando?

A que tras constatar que no iban a integrar a la izquierda abertzale en la operación política fraudulenta antes descrita, consideran necesario aniquilarla para que no la impida.

La segunda oleada de detenciones coincidió con el inicio de la explicación de las conversaciones de Loiola. ¿Hay relación entre ambas cosas?

Mediante la explicación de las conversaciones de Loiola queda demostrado que existen fórmulas políticas e institucionales bien definidas que son reales y posibles de llevar a la práctica. Que esas fórmulas permiten hacer un camino escrupulosamente democrático para llegar desde el actual estatus jurídico-institucional a un escenario de democracia. En consecuencia, esas fórmulas tendrían una amplísima aceptación social. Esto es lo que el PSOE quiere evitar, cueste lo que cueste.

Hasta ahora todo lo dicho por los diferentes actores que participaron en esas conversaciones ha ido en la dirección de la manipulación. Tanto el PNV como el PSOE se han esforzado muy mucho durante todos estos meses de culpar a Batasuna de la falta de acuerdo sobre lo allí hablado, han utilizado tópicos de intromisiones, tutelajes y etcétera. Pero no han sido capaces de responder a la propuesta de Marco Democrático formulada por la izquierda abertzale. ¿Por qué? Sencillamente, porque saben que puede conectar con la amplia mayoría de este pueblo y eso han de evitarlo. Y porque, al contrario que nosotros, ellos no tienen nada que ofrecer a este pueblo, si no es imposición y fraude.

Pero la información sobre las conversaciones de Loiola y la Propuesta de Marco Democrático se están abriendo paso en la sociedad y van a llegar a todos los rincones de Euskal Herria y van a llegar también a otros ámbitos internacionales dónde es muy importante que se conozcan. En eso trabajamos y trabajaremos en los próximos meses.

¿Qué importancia tienen en este contexto las elecciones?

En este contexto las elecciones juegan un papel importante relativamente. Más allá de la batalla electoral entre el PSOE y el PP, se enfrentan dos visiones diferentes, dos perspectivas y dos direcciones de Estado. En el Estado español hay una crisis estructural muy importante sin cerrar sobre el encaje que tenemos las diferentes naciones dentro del modelo jurídico-político español. Y dentro de lo que son las elites económico-políticas españolas existen dos maneras diferentes de enfocarlo y darle solución, aunque por ahora coinciden en la imposición y la negación. Durante esta legislatura el sector representado por el PSOE ha tratado de llevar a cabo una operación en ese sentido, dentro de los márgenes constitucionales mediante el fraude y la negación, tratando de incluir a la izquierda abertzale en ella. Para ello tuvo que iniciar un proceso de conversaciones y negociación. Pero ha constatado que la izquierda abertzale no renuncia a unos mínimos democráticos y por ello nos encontramos ahora con esta situación represiva. El otro sector, el liderado por la derecha franquista y representado por el PP, en principio, siendo consciente de esta crisis, no ofrece más que represión y negación, pero ello no quiere decir que no sea capaz de liderar un cambio fraudulento y de negación, porque ya lo hizo la anterior vez hace 30 años. Por ahora, dos visiones y una misma receta.

Lo que está claro es que el cambio es inevitable y es precisamente ese cambio político que se tiene que dar lo que hace que estas elecciones tengan un significado relativamente importante.

¿Por qué se ha pasado de ir a llenar las urnas de votos por la independencia a proponer la abstención?

Es fruto de un análisis que realiza la izquierda abertzale sobre lo expuesto anteriormente. Cuando la izquierda abertzale decide presentarse a la elecciones lo hace con intención de aglutinar la masa social independentista. Ante esta decisión, el Estado, gestionado por el PSOE, decide tanto por conveniencia política como por oportunismo poner fuera del juego político a la izquierda abertzale.

Viendo que el cambio de marco es inevitable, como comentaba antes, y que lo que pretende el PSOE es liderarlo con el apoyo de los sectores regionalistas del país, la izquierda abertzale reflexiona y considera que una buena manera de reflejar la oposición y neutralizar ese posible cambio fraudulento y de imposición, mas allá de la opción del voto perseguido, pueda ser la opción de la abstención activa. Una abstención que busca ser una nueva iniciativa política realizada en clave de avance y que sea capaz de aglutinar sectores independentistas y otros sectores sociales que apuesten por el cambio, la democracia, la igualdad de oportunidades. Una abstención que refleje un amplio y comprometido rechazo de esta situación de excepción mediante el plante. Una abstención que dé imagen diferente y única de la realidad de Euskal Herria en el Estado español. Una abstención que no deje margen a los sectores regionalistas de este país para manipular el ansia de cambio para renovar sus cuotas de poder, gestión y negocio. Y no hay más que observar cómo están intentando desvirtuar nuestra apuesta, cómo están haciendo que medios como EiTB, que gestiona el PNV, hagan un boicot a la opción de la abstención. La abstención, en definitivas cuentas, la tenemos que entender como inversión a la situación que se abrirá después del 9 de marzo y que contribuirá sin lugar a dudas a la realización del cambio político que se merece este pueblo, es decir, un cambio sin ataduras constitucionales donde se respete tanto la libre determinación como la articulación territorial de este pueblo.

¿Cuál ha sido la receptividad de las bases?

La izquierda abertzale es un movimiento político como ninguno en este país. Su verdadera fuerza y virtud precisamente reside en su militancia y base. Es un movimiento con capacidad de análisis y crítica. Es un movimiento asambleario donde la opiniones y reflexiones fluyen, se recogen y toman en cuenta como en ningún otro. La receptividad de nuestra base social ha sido buena. Más allá de las primeras impresiones de asombro producidas por la reflexión presentada, ha sabido comprender en que difíciles momentos represivos se ha gestionado tal reflexión. Más allá de todo ello, lo ha entendido y se ha cohesionado en torno a la opción.

 

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