Gloria Rekarte Ex presa política
Tres razones para un «no» a la abstención
Según el argumento de que los partidos mayoritarios saldrán favorecidos con la abstención, haremos bien en donar nuestro voto a «los otros partidos». Luego, esos partidos pueden beneficiar a los mayoritarios con pactos, mociones y consensos
Primero: Porque la abstención sólo beneficia a PP, PSE y UPN. Segundo: Porque es legítimo que los electos independentistas llamen a la abstención, pero no en Nafarroa. Nafarroa necesita un cambio. Tercero: Porque para superar el conflicto político que vive Euskal Herria la izquierda abertzale ha de ser fuerte tanto en la sociedad como en las instituciones.
Sin duda es este último el más convincente de los argumentos que los partidos políticos han paseado para evitar la abstención a la que ha llamado la izquierda abertzale. Su necesidad de ser fuerte en las instituciones. Viene de boca de Jon Abril, vicecoordinador de Aralar, y se refiere, imagino, ya que no hay otras, a las instituciones de las que han echado a la izquierda abertzale, de las instituciones a la que no le han permitido acudir; de las instituciones de las que han sacado, a rastras, a los electos independentistas sin que su coalición alterara el gesto ni se le ocurriera que en ese momento había algo que decir. Bien: pediremos a los electos independentistas que se encadenen a las patas de las sillas de los salones de plenos y se hagan fuertes en su situación. Porque espero que se refiera a algo así y no a que ellos representan la izquierda abertzale fuerte en las instituciones a la que debemos confiar nuestro voto. Y es que si algo han demostrado es que no lo son, ni de izquierdas, ni abertzales, ni mucho menos fuertes. Con sus actuaciones lo rubrican.
Tampoco es para desmerecer otro brillante y acertado argumento del que se echa mano hasta el aburrimiento: sólo los partidos mayoritarios saldrán favorecidos con la abstención. Debemos entender que aunque no comulguemos con las siglas, ni la idea nos atraiga, para evitar males mayores haremos bien en donar nuestro voto a «los otros partidos». Así, luego, esos partidos pueden beneficiar directamente a los mayoritarios con apoyos, pactos, mociones, consensos y acuerdos. Pero eso sí, la ciudadanía habrá participado activamente y todos se felicitarán de la madurez democrática de la que goza el Estado español; lo que a su vez quiere decir que todo está bien como está y aquí no ha pasado nada. Reconfortantes, las expectativas.
Menos desmerece el de Uxue Barkos hacia ese cambio que necesita Nafarroa. Lizartza, por ejemplo, pues no, ya ven. El cambio que vendieron hace menos de un año y que sólo ha alcanzado a dejar una sonrisa amarga en quienes les otorgaron unos cuantos votos útiles a los que no han querido responder. No porque el PSOE les dejara en la cuneta, que lo hizo, sino porque su ejercicio en las instituciones no puede, no consigue convencer. Es un apoyo sin condiciones a la continuidad. Pero tuvieron esos votos y a fin de cuentas, lo que se da no se quita. ¿O si?
Todos tienen razón: Nafarroa necesita un cambio. La izquierda abertzale debe hacerse fuerte. La abstención sólo beneficia a los partidos mayoritarios (el voto útil a todos los demás). Pero la abstención puede ser también un voto. Un voto de apoyo y de denuncia, de fuerza y compromiso. Y la única esperanza para que el cambio que necesita Nafarroa, Euskal Herria, comience a apuntar.