Revuelo y amenazas de querellas a «Clandestinos» por supuestas ofensas a la Guardia Civil
Revuelo político en Andalucía, amenazas de querellas de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC)... el de ayer fue el día de «Clandestinos», una surrealista historia para una película inclasificable.
A.E. | DONOSTIA
Tras pasar por la cartelera de forma muy discreta, «Clandestinos», la ópera prima del realizador andaluz Antonio Hens, lograba, por fin, su día de gloria: después de su proyección en el Festival de Cine Lésbico y Gay de Madrid, el PP pedía explicaciones públicas al PSOE de Castilla-La Mancha y al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, por las subvenciones concedidas por ambos gobiernos autonómicos a la cinta. Mientras, tanto la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) como la AVT expresaban su «máxima repulsa» y anunciaban incluso que estudiarían querellarse por «ofensas» contra el Instituto Armado. El detonante era el cartel anunciador de la película: un supuesto miembro de ETA desnudo encañona a un guardia civil mientras éste le hace una felación. Y es que la historia, que bebe directamente del mundo del desaparecido Eloy de la Iglesia -principalmente de «Galopa y corta el viento»; Hens colaboró con el cineasta de Zarautz, aunque en una entrevista reconocía que «de la Iglesia no hubiera firmado este guión»-, juega con la provocación hasta en su subtítulo: «El fanatismo entra -dice- por donde menos te lo esperas». El argumento va de un grupo de adolescentes, chaperos por más señas, salidos del reformatorio, que deciden hacer un atentado en Madrid porque quieren entrar en ETA, ya que uno de elllos se ha enamorado de un miembro de la organización armada. A partir de ahí, la cosa se lía.
La Consejería de Cultura andaluza recordó que el Ministerio de Cultura estatal dio el visto bueno al filme y que «no contiene escenas de sexo explícito». Además, «las imágenes polémicas que han aparecido publicadas no pertenecen a la película, sino que fueron realizadas con posterioridad y forman parte de un reportaje de la revista Zero».
El cartel utilizado en la campaña publicitaria, en el que se veía a un miembro de ETA encañonando a un guardia civil, mientras éste le hacía una felación, ya ha sido retirado de la página web de la película.