La muerte de un trabajador en Bilbo eleva a 20 el número de fallecidos en 2008
LAB y diferentes agentes sociales denunciaron ayer en una concentración en Bilbo la muerte de L.F.C., de 61 años, fallecido en un accidente laboral «no traumático» el pasado día 19. Son ya veinte los trabajadores muertos en su puesto de trabajo en lo que va de año.
GARA |
LAB informó ayer de la muerte de L.F.C. el pasado día 19, cuyo fallecimiento en su puesto de trabajo, en la empresa Comunidad de Propietarios de Garajes del Grupo Vicente Garamendi, de Bilbo, no había trascendido hasta ahora.
Fuentes sindicales indicaron que el «trabajador acudió al trabajo el día 18 a las 22.30 horas y fue encontrado en el suelo de la garita de vigilancia de los garajes el día 19 a las 23.00 horas por el compañero que tenía que realizar el turno de vigilancia esa noche».
LAB, tras mostrar su solidaridad y apoyo a la familia y amigos del trabajador fallecido, denunció que «hoy en día las condiciones de trabajo -precariedad, turnicidad, falta de control sobre el trabajo, nocturnidad, necesidad de seguir trabajando aunque estés enfermo...- se encuentran en la base de la pirámide de las perdidas de salud de los trabajadores».
La central abertzale indicó en una nota que «esas condiciones de trabajo se traducen en muchas situaciones que no sólo afectan a nuestro trabajo sino también a nuestra vida y nuestra salud. Hoy en día numerosos estudios científicos ratifican que las condiciones de trabajo y el estrés se encuentran estrechamente relacionados con los infartos de miocardio. Hay trabajos que nos matan de una vez, y otros en cambio nos roban la vida poco a poco».
LAB señaló que con esta nueva muerte «son al menos 20 los trabajadores muertos a consecuencia de los accidentes de trabajo durante el presente 2008». En opinión de la central, es necesario un «cambio de modelo para poner freno a esta sangría humana; necesitamos apostar por otro modelo de relaciones laborales, por otro modelo preventivo público, participativo, de calidad y universal».
La central abertzale apuesta por un cambio de modelo de relaciones laborales para poner freno a «esta sangría humana».