Donostia recibirá a la Fura dels Baus e «Imperium» en mayo
El frontón Yoldi de Anoeta es el lugar que ha elegido La Fura dels Baus para presentar en junio en Donostia su último montaje, «Imperium», una visión demoledora sobre la violencia del poder, en la que el público vuelve a ser parte fundamental del espectáculo.
GARA | DONOSTIA
En un espacio diáfano de 20 por 30 metros, la compañía catalana desplegará su inquietante puesta en escena, en la que la música ejercerá de hilo narrativo de una historia sin diálogos, que se apoya también en las proyecciones de vídeo.
Esta obra, cuyo estreno mundial tuvo lugar en Pekín, se representará los días 13 y 14 de mayo en la capital guipuzcoana.
Su director, Jürgen Müller, señaló ayer que, aunque el «lenguaje furero» ha carecido normalmente de un argumento «legible o muy claro», en esta ocasión hay una línea conductora en cinco actos –‘‘Miedo’’, ‘‘Arengas’’, ‘‘Domesticación’’, ‘‘Conversión’’ y ‘‘Todas Muertas’’– para contar «cómo el miedo a la bestia negra, el terrorismo, lleva a una búsqueda de la seguridad en la que los líderes que consiguen encumbrarse someten al resto a un dominio que acaba inevitablemente en una muerte total».
‘‘Imperium’’ «es el resultado de cómo estamos viviendo hoy en día. Tiene mucho que ver con la época que comenzó, tras los atentados del 11-S de 2001».
‘‘Imperium’’ comienza con el estallido repentino de varias mochilas-bomba, un arranque que avisa de la espiral violenta en la que se sumirá el espectáculo, protagonizado sólo por mujeres, que encarnan diferentes roles que las llevarán a enfrentarse entre sí, a dominar unas a otras hasta la muerte de las dos últimas, en una lucha sobre la pirámide del poder, elemento escenográfico central.
Müller dijo que actualmente «se habla mucho de terrorismo, pero lo más alarmante es que, en cierta manera, son los estados los que lo practican. El pan de cada día son los estados que tienen el poder del dinero, tienen el poder de practicar el terrorismo diario, y nosotros somos unos privilegiados porque toda la violencia que hay en el mundo nos salpica muy poco».
