Productores de aceite vegetal asentados en el departamento boliviano de Santa Cruz, epicentro de la oposición política derechista al Gobierno de Evo Morales y la región más rica del país, aprovecharon la «guerra del aceite» para reclamar la instauración de una autonomía regional de facto que les permita exportar ese producto al margen del Ejecutivo.

El origen de este nuevo enfrentamiento es la «guerra del aceite», un conflicto suscitado tras la prohibición temporal de exportar aceite, decretada la pasada semana por el Gobierno de Morales, con el fin de evitar que las empresas del sector fijen «precios intolerables» y tratar de garantizar, así, el abastecimiento del mercado nacional.

Esta decisión ha provocado la protesta de productores del aceite y de empresarios del transporte que los apoyan y que ayer bloquearon, por segundo días consecutivo, las carreteras que unen Bolivia con Brasil, Argentina y Paraguay, así como el acceso a las aduanas de Santa Cruz y Cochabamba, en donde camioneros llegados de países vecinos de Chile no pudieron depositar sus mercancías.

Una de las firmas afectadas pertenece a la familia del empresario Branco Marinkovic, uno de los opositores más duros a Morales en Santa Cruz.

El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, afirmó que el bloqueo de las carreteras es «muy parcial».

A bajo precio

En La Paz y El Alto, la estatal Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos informó de que ayer se vendieron los primeros 30.000 litros de aceite a granel a bajo precio (1,13 dólares por litro), casi a la mitad del que imponen empresarios privados.