El Departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo de Lakua informó ayer que ha concedido a Petronor la Autorización Ambiental Integrada (AAI), acreditación que es necesaria para el mantenimiento de la actividad de la refinería muskiztarra. Este permiso no incluye a la planta de coque, cuyo expediente está aún en fase de información pública y pendiente de las alegaciones de vecinos e instituciones.

Que Lakua iba a otorgar la AAI era un secreto a voces tras las reuniones mantenidas por diferentes representantes institucionales de Eusko Alkartasuna -entre ellos la consejera de Medio Ambiente y el alcalde de Muskiz- con los responsables de la compañía petrolera. Además, el propio viceconsejero Ibon Galarraga se lo había confirmado a miembros del comité de empresa de Petronor.

A pesar de ello, Medio Ambiente ha venido manteniendo que formalmente no había otorgado la AAI. Petronor, con una política informativa poco transparente, se vio obligado el 28 de abril, en el transcurso de un viaje a Hungría, a informar de que Lakua le había remitido una propuesta de resolución del expediente de 40 páginas que sus técnicos estaban analizando.

Una semana después, Galarraga anunció ayer en Gasteiz que Petronor -al igual que otras 203 empresas potencialmente contaminantes de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa- dispone del certificado medioambiental que obliga a expedir la Unión Europea.

Esta comunicación oficial se produce mientras el Ayuntamiento de Muskiz, gobernado por EA y PSE, ha encargado a dos ingenierías medioambientales informes para, en caso de ser necesario, presentar alegaciones al proceso administrativo previo a la concesión por el Gobierno de Lakua de la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) de la cuestionada Unidad de Reducción de Fuéloil (URF).

Tras la visita a una refinería a las afueras de Budapest, el alcalde, Gonzalo Riancho (EA), reiteró su oposición a la instalación de la planta de coque sobre dos hectáreas de los terrenos de la actual refinería y a escasos metros de unas viviendas. Riancho apostó porque los residuos pesados del refino de petróleo sean trasladados a otro lugar para ser tratados. El primer regidor estimó que Muskiz no es un lugar «idóneo» para construir una planta de coque.