Maite SOROA
Ahora la toman con el euskara
Viven obsesionados con todo lo que suene a realidad vasca. Y así les salen granos purulentos cuando les toca hablar, por ejemplo, de la euskaldunización de la cosa pública.
Ayer en «El Mundo» se descolgaban con un editorial furioso referido a la euskaldunización de la Sanidad Pública en la CAV: «La subordinación del interés general a las imposiciones del nacionalismo es especialmente visible en la sanidad pública vasca. Según informa hoy EL MUNDO, los baremos de las ofertas de empleo público en el País Vasco evalúan el conocimiento del euskara con una calificación de 16 puntos, mientras que tener un doctorado sólo merece sumar 4 puntos. Es decir, para estos gestores, la competencia idiomática es cuatro veces más importante y definitoria de la profesionalidad de un médico que tener una formación adicional a la licenciatura». Malo será que el médico, por muchos doctorados que acredite, no pueda comunicarse con su paciente en la lengua que habitualmente emplea éste. ¿No les parece? A los de «El Mundo», no.
Y se ponen, además, en plan práctico para disimular el verdadero objeto de su rechinar de dientes: «Aún hay más, en determinados empleos caracterizados por su emplazamiento o nivel de responsabilidad, la burocracia nacionalista eleva este listón, otorgando hasta 24 puntos a los profesionales que dominen la lengua vasca. Por más que la sobrevaloración de la competencia lingüística venga de largo, resulta esperpéntico que este tipo de filtros sigan funcionando en una comunidad en la que la falta de pediatras constituye un verdadero problema». ¿Se imaginan un médico en Cáceres que sólo sepa hablar inglés?
Y, desde el rincón de la demagogia, concluyen su soflama con un llamamiento patriótico: «los interinos se ven obligados a consumir horas y horas -que no dedican a la atención pública- en cursos de inmersión lingüística. El PP vasco ha denunciado este absurdo. Cabe esperar que el PSE abandone los prejuicios de la corrección política y condene también con toda su determinación un sinsentido que perjudica el funcionamiento de un servicio básico». Si es que son incorregibles...