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Primarias demócratas en EEUU

Clinton gana en Indiana, pero Obama consolida su liderazgo

Pírrica fue uno de los adjetivos más utilizados ayer para definir la victoria de Hillary Clinton en las primarias de Indiana, ya que el escaso margen obtenido y el hecho de que Barack Obama se impusiera claramente en Carolina del Norte refuerzan a su rival.

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GARA | WASHINGTON

Los altos cargos del Partido Demócrata de EEUU tienen que ir haciéndose a la idea de que, tras las primarias del martes, Barack Obama se perfila como el candidato para enfrentarse en las elecciones al republicano John McCain.

Pese a que Hillary Clinton se impuso en Indiana, los analistas calificaron su victoria de pírrica, ya que la primera dama necesitaba de una diferencia holgada y únicamente logró el 51% de los votos frente al 49% que obtuvo Obama.

Mientras, en Carolina del Norte la victoria de Obama sí que fue amplia, ya que la diferencia con Clinton fue de catorce puntos (57%-43%).

«Salvo que ocurra alguna sorpresa mayúscula, Obama puede tomar aliento y considerarse como el candidato del Partido Demócrata», estima William Galston, un antiguo asesor de Bill Clinton que actualmente trabaja como politólogo en la Brookings Institution.

«Obama se ha acercado a la investidura y Clinton no lo ha hecho en Indiana lo suficientemente bien como para seguir defendiendo que debe ser ella la elegida«, coincide Elliot Barky, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Purdue de Indiana.

Opciones cada vez más escasas

A pesar de sus victorias en marzo y en abril en los considerados estados grandes de Ohio, Texas y Pennsylvania, Clinton parece haber dejado escapar su última oportunidad de competir con Obama por la nominación demócrata, ya que no sólo ha quedado relegada en cuanto al número de delegados sino también en el voto popular expresado en las primarias.

Por ello, voces influyentes como la del diario «The New York Times» consideran que a la senadora neoyorquina se le han agotado las opciones para hacerse con la nominación demócrata.

A partir de ahora y hasta el 3 de junio, son pocas las primarias demócratas que quedan para designar delegados. Todas ellas se celebrarán en estados pequeños o medios (West Virginia, Kentucky, Oregon, Puerto Rico, Dakota del Sur y Montana) y no elegirán más que a 217 delegados. Son necesarios 2.025 para lograr la investidura y, con la calculadora en la mano, Obama tiene muchas más posibilidades estadísticas que Clinton.

«Previsiblemente, veremos que la carrera dura hasta que se agoten las primarias restantes, pero sin una perspectiva real de cambio en la dinámica electoral», señaló Galston a France Presse.

«Poco después de la primera semana de junio, los superdelegados [los altos cargos del Partido Demócrata que tienen libertad para optar entre uno u otro aspirante en la convención de Denver] declararán su posición. La presión de los responsables del partidos y de los electores se convertirá en irresistible», pronostica Galston.

«No creo que Clinton vaya a abandonar», estima Danielle Gibbs Leger, una antigua colaboradora del Partido Demócrata que actualmente trabaja para el brazo político del centro de investigación Center for American Progress.

«Se va a basar en el análisis demográfico del escrutinio para tratar de convencer a los superdelegados de que, si no le apoyan, al menos, no agoten el plazo para ponerse definitivamente el lado de Obama», añadió Leger.

Con la baza del importante apoyo recibido entre las mujeres blancas y entre los trabajadores blancos con problemas económicos, Clinton «tratará de jugar la carta de que Obama tiene un problema con los obreros blancos, un electorado importante para los demócratas en numerosos estados como Ohio, Michigan o Pennsylvania, de cara a las elecciones generales del 4 de noviembre», pronostica Leger.

Sondeos para todos los gustos

Obama, por su parte, podrá hacer valer un sondeo que muestra que la mayor parte de los electores dijeron el martes que estaban de acuerdo con sus «valores», mostrando el fracaso de la estrategia de Clinton al intentar hacerle pasar por un elitista alejado de los problemas del estadounidense medio.

El propio Obama dejó claro que se ve cerca de la nominación durante un mitin celebrado el martes por la noche en Raleigh, la capital de Carolina del Norte. «Esta noche estamos a menos de 200 delegados de asegurar la candidatura demócrata a la Presidencia de Estados Unidos», dijo.

En cualquier caso, después de una agotadora campaña de primarias demócratas, que ha desgastado al partido mientras los republicanos tienen ya designado desde hace meses a su candidato, John McCain, el resultado definitivo no se conocerá hasta la convención que se celebrará en agosto en Denver.

Entonces, la clave la tendrán los superdelegados, los cuadros y electos que tienen libertad para optar entre los aspirantes. Hasta el momento, sólo un tercio de ellos se ha decantado a favor de uno u otro. Aquí también prima una igualdad casi absoluta entre Obama y Clinton, pero tendrá que romperse.

florida y michigan

En su afán de permanecer en la liza a toda costa, Clinton reclamó que se contaran las primarias no oficiales celebradas en Florida y Michigan, anuladas por la dirección del partido. Ni Obama ni John Edwards se presentaron allí.

SUPERDELEGADOS

El director de campaña de Obama, David Plouffe, ya ha enviado un dossier a los superdelegados de cara a conseguir su apoyo en la convención de agosto en Denver, donde se decidirá finalmente quién será el candidato demócrata.

6,4

millones de dólares es la cifra que Hillary Clinton ha aportado de su fortuna personal en abril para poder seguir optando a la carrera por la nominación demócrata, según hicieron público ayer sus asistentes.

Los estados podrán pedir carnés para votar

El Tribunal Supremo de EEUU decidió el lunes que se podrá pedir a los electores un documento de identidad para votar, una decisión que se interpreta como un empujoncito para los republicanos a poco más de seis meses de las elecciones.

En un país en el que no existe un documento oficial de identidad, quienes presiden las mesas electorales se han solido contentar con verificar la firma del votante para evitar las suplantaciones.

Pero tras el proceso de modernización de las infraestructuras que siguió a la polémica elección de George Bush en 2000, la mitad de los estados ha optado por ordenar a los electores que presenten un documento de identidad.

Aunque en la mayoría de los estados es suficiente con el carnet de la biblioteca, en Indiana y algunos otros demandarán un documento oficial como el pasaporte, el carnet de conducir o la cartilla militar. En Indiana, un sólido bastión republicano, unas 43.000 personas de los 4,7 millones de habitantes, no tienen ninguno de estos documentos. Se trata, generalmente, de personas de edad avanzada, habitantes de los barrios desfavorecidos o miembros de las minorías. Es decir, las personas que tienden a votar a los demócratas.

El Tribunal Supremo dio el visto bueno por seis votos contra tres a la ley de Indiana, tras calificarla como «eminentemente razonable». GARA

2.025

Aunque Obama está más cerca de cumplir su objetivo de lograr la cantidad necesaria de delegados para lograr la nominación demócrata, los dos aspirantes aún se encuentran muy lejos de la cifra mágica precisa.

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