La insoportable injusticia arbitral
Otra decisión del árbitro de turno y ya van... Los rojillos sumaban un punto que sabía a gloria, pudieron haber ganado si Velasco Carballo hubiera señalado un claro penalti y acabaron sucumbiendo mientras Juanfran se encontraba en el suelo por un manotazo
MALLORCA 2
OSASUNA 1
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Otro árbitro, esta vez el madrileño Velasco Carballo, volvió a liarla y evitó que Osasuna obtuviera un punto, e incluso, la victoria si hubiera pitado un penalti clarísimo por manos de Borja, además de no parar el juego cuando Juanfran se quedó en el suelo por un manotazo de Trejo, que a la postre anotó el 2-1 en el minuto 93.
El Mallorca colaboró, además, con su antideportividad -no debía pillarles por sorpresa a los navarros tras lo que les ocurrió en Sevilla-, al no enviar el balón fuera. A esas alturas, los rojillos ya llevaban casi un cuarto de hora con uno menos por una justa, todo hay que decirlo, expulsión de Portillo, quien hasta entonces había sido el protagonista del partido, al conseguir el gol de la igualada. El trencilla estaba siendo equitativo y justo en sus decisiones hasta el tramo final del choque, en el que volvió a decidir la contienda.
Llueve sobre mojado y quien diga que esto es fruto de la casualidad es que sólo quiere taparse los ojos ante una evidencia que demuestra que hay responsables en diversos organismos del fútbol a los que no les interesa que Osasuna continúe en Primera División. Como no podía ser de otra manera, el final del envite acabó como el rosario de la aurora, con trifulca incluida en el túnel de vestuarios. A la postre, la escuadra navarra se vuelve a quedar sin sumar y agudiza su situación en la tabla, pese a que algunos de los resultados, como la derrota del Recreativo en su campo, todavía dejan abierto el camino a lo que sería un auténtico milagro.
Enésimo robo
Previamente al enésimo robo arbitral, los de Ziganda jugaron a ráfagas, mejor cuando tuvieron el electrónico equilibrado que yendo por detrás en el marcador. La verdad es que los rojillos, en ciertos tramos del choque, no llevaron al césped la necesidad que la tabla urgía. Los bermellones jugaron bastante cómodos mientras defendieron el 1-0 que cosechó Güiza en una típica jugada que, pese a haberla estudiado con antelación, no supieron cortocircuitar.
La salida de futbolistas con los que Ziganda no venía contando desde hace un buen montón de jornadas, Hugo Viana y Portillo, le dio ciertas alas a Osasuna, especialmente por parte del de Aranjuez, que tuvo un mano a mano con Moyá como preámbulo al 1-1, un punto que le daba mucho oxígeno al club rojillo.
El Cuco ha venido insistiendo en que quien bajara los brazos sería el máximo candidato al descenso, pero a ver quién es el guapo que se recupera de tantas adversidades externas.
«Sin nos levantamos de esto, merecemos un monumento»
Mientras hay vida hay esperanza. Ese es el mensaje que quiso transmitir José Ángel Ziganda en sala de prensa. Pero a nadie escapa, tampoco a él, que la situación es más que comprometida y que el milagro de la permanencia tendría celebración doble por todos los ajenos obstáculos que se vienen encontrando en el camino.
«Lo principal ahora es levantarnos una vez más. Si lo conseguimos, deben hacernos un monumento por todo lo que nos ha pasado, pero tenemos raza suficiente para dar la vuelta a esta situación», comentó el técnico rojillo.
Una vez más, el Cuco no quiso entrar a valorar la jugada decisiva del partido ni la actuación arbitral. «La jugada me pilla muy lejos, no puedo opinar. No hay que decirle nada al equipo contrario, está en su derecho de tirar y eso ya nos pasó en Sevilla», explicó. Ello no fue obstáculo para que, con cierta ironía y pocas ganas de hablar del tema, se refiriera a las explicaciones que le dio su colega, Gregorio Manzano, tras el lance. «Es profesor creo, muy educado, todo muy bien, no ha pasado nada», comentó.
No estuvo tan comedido uno de los capitanes, Josetxo Romero, quien, sin enjuiciar la labor de Velasco Carballo, sí que señaló respecto a las excusas del preparador bermellón, que «eso son payasadas, no han tirado fuera el balón y quien siembra acaba recogiendo».
Manzano, por su parte, trató de argumentar que si el colegiado hubiera visto algo punible, «habría detenido el partido». «En esa jugada, el árbitro tiene autoridad para parar el encuentro cuando ve algo punible. Comprendo y siento mucho, la verdad, que cuando un equipo como el Osasuna (sic) está en una situación complicada se encuentre con un gol en esa jugada que duele», explicó.
Osasuna no pudo mantener la buena racha que venía protagonizando durante anteriores campañas en sus visitas a Son Moix. Así, los rojillos acabaron con una trayectoria en la que habían conseguido ganar en las dos pasadas temporadas y empatar hace tres años.
Javier Portillo sumó su segundo gol en lo que va de Liga, tras el que anotara ante el Espanyol en la primera vuelta. Además de que ambos no han servido para nada a la postre, sus números dan una idea del escaso rendimiento de un jugador del que se esperaba mucho más de él.
Lejos de la tensión que requería semejante compromiso, Osasuna volvió a firmar otro partido blandito en muchas fases de él. Como muestra, decir que los de Ziganda cometieron su primera falta en el minuto 20 y cometió once infracciones, tres menos que su rival.
