Del acuerdo en Loiola al desacuerdo en Moncloa
Ayer Jos� Luis Rodr�guez Zapatero y Juan Jos� Ibarretxe cumplieron con el protocolo y celebraron en Madrid la reuni�n que estaba prevista en la �hoja de ruta� del lehendakari y que el presidente espa�ol ten�a en su agenda para la nueva legislatura. Ambos plantearon voluntad de di�logo, pero ninguno de los dos cumpli� con las condiciones b�sicas para que exista un di�logo verdadero. Ambos quisieron tambi�n hacer p�blico su desacuerdo y, de paso, hacer responsable del mismo al contrario.
No obstante, cabe recordar que la reuni�n de ayer escenifica un desacuerdo -entre distintos- que en realidad parte de un acuerdo previo -entre iguales-: aquel que en Loiola demostraron los dirigentes del PSOE y del PNV al levantarse de la mesa de negociaci�n cuando quedaba por aclarar la implementaci�n de los acuerdos. Los mismos acuerdos que Ibarretxe dice reivindicar ahora. El PSOE lo hizo, entre otras cosas, porque se lo permiti� el PNV. El PNV lo hizo porque, seg�n todos los indicios, le entr� el p�nico a perder la gesti�n de las instituciones que gobierna desde hace tres d�cadas. Sin embargo, desde la perspectiva que da el tiempo, cabe pensar que la estrategia de Urkullu e Imaz no fue muy inteligente. No en vano, la posibilidad de que el PNV pierda el Gobierno de Lakua parece ahora m�s real que nunca. Su �apoyo incondicional� a Zapatero s�lo se ha traducido en una escalada represiva contra la izquierda abertzale y en una involuci�n general de las posiciones unionistas.
Ante esa tesitura, cabe preguntarse por qu� el PNV se empe�a en adoptar una postura de debilidad intr�nseca que s�lo puede llevarle, antes o despu�s, a la p�rdida de su feudo, en vez de ir a Madrid con una propuesta para una soluci�n estable y duradera del conflicto en todos los territorios de Euskal Herria. Seguramente esta misma pregunta se la realizar�n los mediadores internacionales que, precisamente hoy hace un a�o, intentaron hacer entrar en raz�n a los enviados del Gobierno espa�ol y que consideraron que los intereses del PNV ya estaban representados por... el PSOE.