Quienes se han sumado a la marcha nacional y al resto de iniciativas previstas el próximo sábado en Iruñea, en el contexto de la convocatoria «Nazio Plaza», subrayan, en relación a la consecución del cambio político, «el papel protagonista que corresponde a los agentes sociales y sindicales y, cómo no, a todas las personas de Euskal Herria. Tenemos muy claro -añade el comunicado leído ayer en Gasteiz- que el futuro de Euskal Herria no puede quedar exclusivamente en manos de la élite política».

Entre quienes secundan esta iniciativa se encuentran Ainhoa Etxaide, Maite Aristegi, Koldo Amezketa, Sagrario Aleman, Iñaki Antigüedad, Edurne Brou-ard, Tasio Erkizia, Martin Garitano, Xabier Oleaga o Jon Maia.

Entienden que «para construir y dar forma al nuevo escenario político que necesita Euskal Herria, es imprescindible fortalecer el trabajo de construcción nacional y las distintas dinámicas sociales; también son necesarios el trabajo, la reivindicación y el apoyo de todas las personas que conformamos esta sociedad para el logro de todos los derechos que nos corresponden como ciudadanas y ciudadanos vascos». Desde su compromiso personal, indicaron que «nos ha reunido a todos y todas un mismo objetivo: la defensa de la identidad nacional vasca y la reivindicación de un cambio político imprescindible para superar la situación que sufre Euskal Herria».

En el texto se sostiene que la labor de construcción nacional «no es de hoy, de ello no hay ninguna duda. En la larga historia de nuestro pueblo, con las características propias de cada época, los esfuerzos y dinámicas para proteger y defender la identidad nacional han sido muy diversos y durante la última década, ésta labor además ha sido si cabe más intensa».

El origen, «la negación»

Recordaron que gracias, sobre todo, al apoyo de «tantas personas hemos puesto en marcha cantidad de proyectos y dinámicas en diferentes sectores, siendo las características comunes de todas ellas el auzolan, el trabajo en común y la acumulación de fuerzas», señalaron, para añadir que casi todas las iniciativas «tienen algo en común en su origen; una situación de negación: ya sea la falta de reconocimiento de Euskal Herria como nación; la división territorial; la conculcación sistemática de los derechos de la ciudadanía; o la falta de capacidad de decisión para poner en marcha los cambios que Euskal Herria necesita en distintos ámbitos».

«El trabajo de construcción nacional no responde sino a la necesidad de superar esa situación», por lo que reivindican el cambio político «tan necesario como ansiado por nuestro pueblo», en base al «reconocimiento nacional, la territorialidad, el derecho de la ciudadanía a decidir nuestro futuro y el reconocimiento de todos los derechos y la implantación de los mecanismos que los garanticen».