La última etapa de montaña del Giro confirmó a Alberto Contador como el corredor más fuerte de la prueba, a falta de la contrarreloj final, en la que el madrileño no debería tener problemas para conservar la magglia rosa.

Tampoco los tuvo ayer, en una jornada que resultó espectacular, pero no decisiva. Gavia y Mortirolo, con Aprica como postre, hacían prever una lucha sin tregua por parte de Danilo Di Luca, Gilberto Simoni o, sobre todo, teniendo en cuenta su mínima desventaja en la general, Riccardo Riccó. Y todos pusieron de su parte, lo que propició una etapa con mucho movimiento, pero no lo suficiente como para inquietar al líder, que aguantó sin problemas junto a los mejores en los dos colosos de la jornada.

Curiosamente, un sprint pudo haber decidido lo que no habían conseguido las Cimas Coppi y Pantani. De haber llegado agrupado el pelotón de favoritos, las bonificaciones de meta -veinte, doce y ocho segundos para los tres primeros- podrían haberse traducido en un cambio de líder. Lo evitó, primero, Emanuele Sella, uno de los grandes animadores de este Giro; y entre Gilberto Simoni y Joaquim Rodríguez que, como el escalador italiano, habían saltado del grupo en los últimos kilómetros, acabaron de comerse las mínimas opciones de Riccó de verstirse de rosa.

Antes de que la emoción de la jornada se viese reducida al vencedor de etapa y el reparto de las bonificaciones, los corredores habían tenido que vérselas con dos de los monumentos de este deporte.

Para empezar, el Gavia, puerto más alto de esta edición con sus 2.621 metros, por el que pasaba destacado, cómo no, un Navigare. En este caso Pérez Cuapio al que, en el descenso, atraparon su compañero Baliani, Petrov, Rujano y Colom. Por detrás, aguantaban los favoritos y tiraba el LPR, lo que hacía pensar en otra rebelión de Di Luca en el Mortirolo.

Nada más lejos de la realidad. El vencedor del pasado Giro fue el primero en quedarse en el penúltimo puerto de esta carrera. No sólo no aguantó con el grupo de Riccó, Contador, Menchov, Sella, Pozzovivo y Joaquim Rodríguez, en el que Simoni hacía la goma; tampoco pudo seguir el ritmo de Bruseguin, Pelizzoti y Van Den Broeck.

Últimos intentos

En los últimos kilómetros de la ascensión -con Colom ya como único superviviente de la fuga en cabeza-, Riccó intentó también quemar sus últimos cartuchos, pero Contador se pegó a su rueda sin ofrecer el más mínimo atisbo de debilidad. Con el líder de Saunier Duval resignado a jugársela en meta, el grupo de la magglia rosa levantó el pie y, camino de Aprica se formó un pequeño pelotón con todos los favoritos sin Di Luca, además de Colom, ya cazado.

Sella, Simoni y Rodríguez vieron su última oportunidad y se lanzaron en busca de un triunfo de prestigio. Lo consiguió el pequeño escalador de Vincenza, rubricando un Giro espectacular: maillot de la montaña y victorias en las tres etapas «reina», Alpe di Pampeago, Marmolada y ayer, Tirano.

A minuto y medio llegó el grupo del líder y a más de cinco Di Luca, que pagó los esfuerzos de la víspera.

Marzio Bruseghin se hacía así con el tercer puesto que, con una crono hoy en la jornada final, no debería escapársele. Lo mismo sucede con el liderato de Alberto Contador que, a sus 25 años, está a un solo paso de ajudicarse su segunda grande tras el Tour del pasado año. Y es que Riccó tendrá bastante con aguantar en el segundo peldaño del podio, aunque sus casi dos minutos sobre Bruseghin deberían suponer suficiente colchón para una contrarreloj de sólo 28'5 kilómetros.

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