Una declaración de Corea del Norte sobre su programa nuclear, que no incluye información sobre su arsenal nuclear, facilitada a China ha sido suficiente para que Estados Unidos haya decidido rescatarlo del «eje del mal». No parece muy exigente ese requisito teniendo en cuenta la habitual actitud que la Administración Bush mantuvo hacia ese país. Sin embargo, según los observadores, simplemente obedecería a la necesidad de «vender» un éxito diplomático antes de abandonar la Casa Blanca. En cualquier caso, la decisión, si bien sorprende, también hace patente la existencia de diferentes varas de medir en las relaciones internacionales. Y una clave importante a la hora de elegir una u otra vara, naturalmente junto a los intereses geoestratégicos, es la exhibición de fuerza. La actitud de los EUA con países a los que acusaban de tener arsenales peligrosos, a sabiendas de la falsedad de tal extremo, ha sido la de invadir y destruirlos, por eso resulta significativo que un informe entregado a China sea suficiente para olvidar las pruebas nucleares de Corea del Norte, en especial la bomba nuclear que explosionó en 2006. Al parecer, sólo es merecedor de respeto quien demuestra que tiene armas peligrosas.