JUEGOS PARALÍMPICOS DE BEIJING
Ganadores antes de empezar a competir
Hay personas para las cuales el hecho de hacer deporte ya supone una victoria. Pero que nadie piense que los quince paralímpicos vascos que van a Beijing se conforman con eso. Volverán a demostrar que saben competir. No hay más que mirar los antecedentes.
Imanol SESMA Imanol INTZIARTE
Con mucho menos eco que los Juegos Olímpicos, arrancan hoy en Beijing, con su ceremonia de apertura, unos Juegos Paralímpicos que se prolongarán hasta el día 17 de este mes. Durante estos intensos días, quince deportistas vascos -enmarcados en los combinados de España, Francia y Venezuela- competirán en cinco de los dieciocho deportes programados y disfrutarán de un evento especial en el que intentarán colgarse más medallas que se sumarán al nutrido palmarés conseguido hasta ahora en este tipo de citas.
El ciclismo será uno de los deportes con más representación. El ex ciclista profesional Javier Otxoa, de 34 años, sobrevivió a un atropello en el que su hermano Ricardo perdió la vida. Él se vio obligado a pasar por hospitales y centros de rehabilitación durante más de tres años, y las secuelas no le permitieron seguir en el pelotón internacional. En Atenas 2004 ya se colgó un oro y una plata, y ahora tratará de volver a subirse en al cajón tanto en ruta como en pista.
Otro con experiencia es el andoaindarra Amador Granado, al que en Atenas se le arrebató una medalla por cuestiones reglamentarias. Buscará la revancha en las pruebas de velocidad del velódromo. Víctor Hugo Garrido, venezolano afincado en Bilbo, ya sabe lo que es saborear el metal, puesto que que fue bronce en ruta en tierras griegas. El rol de debutante le corresponde al vizcaino Aitor Oroza, quien debutará en triciclo de carretera.
La natación será otro deporte con una amplia representación, entre ellas, las dos alevines: la irundarra Ana Rubio y la angelutarra Estitxu Vivanco Duhalde. Ambas cuentan sólo con 15 años de edad. Ambas tratarán de seguir la estela de otros nadadores consagrados como Richard Oribe. El donostiarra asiste a sus cuartos Juegos con un palmarés espectacular: siete oros, dos platas y un bronce. Y aún no se ha cansado de ganar.
No le anda a la zaga la también guipuzcoana Sara Carracelas. Su historial es para hacer reverencias. A sus 27 años cuenta con un total de 29 medallas entre Juegos, Mundiales y Campeonatos de Europa. Más de un 85% de ellas son oros. Y además ha batido seis récords del mundo desde 1996. La nadadora del Lagunak de Barañain Sandra Gómez, de 22 años, también quiere repetir oro en Beijing. Y si es posible, con nuevo récord mundial. La nómina la completa Arkaitz García. El gasteiztarra del Dordoka, que cuenta con dos platas en sendos campeonatos de Europa, espera estrenar su palmarés olímpico.
El tatami será el campo de juego en el que competirán la santurtziarra Sheila Hernández y la iruindarra Laura García. Su modalidad es el judo, donde ambas se han proclamado este año campeonas del Estado español.
El atletismo vasco contará con la presencia del incombustible Javi Conde, que en esta ocasión se ha puesto el listón en todo lo alto. El de Basauri, a sus 44 años, se va a enfrentar a sus quintos Juegos. Su palmarés completo no entraría en estas páginas, ya que sumó cuatro oros en Barcelona´92, dos más en Atlanta´96, un oro y una plata en Sidney'00 y una plata en Atenas'04; a lo que habría que sumar sus triunfos en infinidad de campeonatos internacionales del máximo nivel.
Dos maestros de la boccia
La nómina la completan el iruindarra Santiago Pesquera y la errenteriarra Yolanda Martín. Ambos son dos clásicos en las grandes citas de la boccia, sumando cuatro medallas olímpicas el primero y tres la segunda. La boccia es originaria de la Grecia Clásica, recuperada en los años 70 por los países nórdicos con el fin de adaptarlo a las personas con discapacidades. Es un juego similar a la petanca, de precisión y de estrategia, con sus propias reglas. Únicamente participan personas en silla de ruedas, con graves afectaciones por parálisis cerebral y otras discapacidades físicas severas, y las categorías se diferencian en función del grado de discapacidad que padecen los deportistas. Todos ellos, sentados en sillas de ruedas, lanzan las bolas con sus manos o pies, excepto los de la clase correspondiente a la discapacidad más severa, que juegan con la ayuda de una canaleta o rampa, sobre la que su auxiliar deposita la bola una vez escogida la dirección por el deportista.
Un juego de bolas de boccia está compuesto por seis bolas rojas, otras tantas azules y una bola blanca o «bola diana». La superficie en la que se juega debe ser llana y lisa y de madera o algún material sintético, por lo que se practica habitualmente en polideportivos. Así, el área de lanzamiento se divide en seis boxes desde donde el jugador lanza sin que ninguna parte de su cuerpo o de la silla pise en las líneas que lo delimitan. Suma puntos aquel cuyas bolas de color estén más cerca de la diana. Existen pruebas individuales, por parejas y por equipos, siendo un deporte mixto en el que hombres y mujeres compiten entre sí.
En torno a 4.100 deportistas
Serán alrededor de 4.100 los deportistas que compitan en estos Juegos, que volverán a tener como epicentros el Nido del Pájaro y el Cubo de Agua, escenario de las recientes hazañas de deportistas como Usain Bolt y Michael Phelps. La capital China, una ciudad complicada para las personas con discapacidad, se ha volcado con el evento y ha gastado en los últimos años unos 10 millones de dólares (6,7 millones de euros) para construir accesos fáciles y servicios para discapacitados en sesenta de los principales monumentos de la ciudad.
La inversión ha supuesto, entre otras cosas, la construcción de 12.000 metros cuadrados de rampas y 3.100 metros de pasamanos. Incluso monumentos de difícil acceso, como la Muralla, cuentan ya en sus tramos más populares con ascensores y rampas. Y en el centro de Beijing, donde se encuentra la Ciudad Prohibida, los discapacitados pueden ahorrarse los escalones que han de superar el resto de visitantes gracias a un corredor de un kilómetro que les permite recorrer los distintos patios del espectacular recinto. Para poder moverse, se han habilitado 400 autobuses con sistemas de acceso para sillas de ruedas.
La eliminación de barreras se extiende a la labor de los 44.000 voluntarios que colaborarán en estos Juegos Paralímpicos, ya que este colectivo ha recibido formación durante los tres últimos años «para ofrecer servicios, aprender a comunicarse mejor con los discapacitados y mejorar sus habilidades», según explicó un responsable del Comité Organizador.
son las que llevan acumuladas en sus diferentes participaciones los deportistas vascos que van a participar en los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008. Richar Oribe, con diez preseas, es el más laureado.