CRíTICA teatro
Papiroflexia ácrata
Carlos GIL
Los dos reconocidos artistas, Liberata la Bianca, multiinstrumentista y cantante, y Peppino Cartones, maestro de las tijeras y el papel, nos proponen un viaje entre surrealista y extravagante por mundos de la imaginación y el amor entendido como una actividad física, un juego del azar donde el alma es solamente un instrumento para abrir las rejas que aprisionan a la libertad. Enamoradas pajaritas de papel que nos llevan al éxtasis libertario, al amor total. Un cabaré de papel, significa una incursión en el juego perpetuo, en la música caliente y las canciones más canallas, en la creación de multitud de figuras de papel que se animan o simplemente se reproducen ante nuestra mirada atónita. Historias divertidas, sencillas, contadas en ocasiones con una buscada distancia o dentro de un caos vertiginoso, pero siempre presididos por una retranca humorística que nos abre caminos para entender el mundo desde otras perspectivas menos administrativas. Terminan regalando a los espectadores un tirachinas de papel para que cada cual lo use a su libre albedrío, pero antes nos han dejado delirantes historias, mientras se ha podido ver las dotes musicales y cantarinas de Mina Ledergerber, y la capacidad para crear empatía sana de Pepe Gómez. Su figura, su tono, su manera de hacer, es un recuerdo constante a Pepe Otal, con el que colaboró tantos años, y que este año el Festival de Títeres de Bilbo le rinde homenaje tras su fallecimiento. Entrañables titiriteros de la vida, la noche y el amor.