Maite SOROA
La �ocurrentzia� de Ezkerra
El domingo pasado Etxerat cerró los actos en denuncia de la dispersión con un acto multitudinario en Durango. Allí se escucharon las voces de muchos ciudadanos y representantes políticos y sociales, las de los presas y presos políticos vascos y también la de los familiares que padecen en carne propia esa dispersión injusta que cuesta vidas y haciendas desde hace veinte años. El comunicado de los familiares lo leyó una niña, la hija de un preso que cada semana tiene que recorrer cientos de kilómetros para ver a su aita. Pues bien, a Iñaki Ezkerra, columnista de «La Razón» le resultó hecho suficiente para volver a acreditar su talla moral e intelectual.
Hablaba Ezkerra de «la cochinada moral de poner a una niña recitando un escrito manchado de sangre» y del «agravio estético de derramar, sin pudor alguno, el polvo y la pelusa del terror político sobre la frescura naïf y limpita de la infancia». Que hable este individuo de moral...
Junto a la niña subieron al estrado dos familiares más y Ezkerra se escandaliza: «Yo no sé cómo no se han emprendido ya acciones legales contra aquellos dos gandules que arrojaron sobre esos diez años de mañana y de sol la porquería de ese horror necroetarra y post-todo, tan temido todavía, pero también odiado, eminentemente bestial pero a la vez cobardica y cursi, necesitado de una pequeña». Defender su derecho y el de su familia es, en opinión del tipo en cuestión, «horror necroetarra».
Luego se pone en plan irónico y la emprendía con quienes le acompañaban y sus «expresiones de satisfacción y bonhomía» que explicaba «por la brillante `ocurrentzia' que han tenido de hacer leer a una menor un mensaje mediocre y obsesivo de ETA con el fin de eludir consecuencias penales». Insisto. Lo que pedía la niña es que se respeten sus derechos, pero eso le pone enfermo a Ezkerra.
Para rematar su ponzoñoso escrito, el de «La Razón» intentaba parecer retórico: «¿Es legal la pederastia ideológica en España? ¿Vivimos en un país en el que está más penado darle una torta a un hijo que abusar política e inmoralmente de una menor para quitarle el futuro y que un día sí sea de ETA, cuando no tengan luz su mirada ni su mente?». Acaben con la dispersión y Ezkerra podrá escribir más relajado.