El navarro Agustín González Acilu, premio Príncipe de Viana de la Cultura
El compositor y músico Agustín González Acilu recibirá el premio Príncipe de Viana de la Cultura 2009 «por su trayectoria de varias décadas, muy sólida y reconocida, con unas composiciones musicales de gran rigor y honestidad». Nacido en Altsasu en 1929, el Consejo de Cultura reconoció «su enorme vitalidad y capacidad intelectual».GARA | IRUÑEA
«Es, sin lugar a dudas, uno de los compositores más significativos de la mitad del siglo XX, un hombre que se mueve en los parámetros de la libertad y el rigor que él mismo se marcó al empezar su labor compositiva», destacó el tenor Iñaki Fresán, defensor de la candidatura de Agustín González Acilu presentada por la Fundación Ars Incógnita. Añadió que «es un hombre honesto con él y los demás, también crítico, además de uno de esos profesores que a todos nos gustaría haber tenido».
Nacido en Altsasu en 1929, González Acilu es considerado una de las personalidades «más sobresalientes de la música española contemporánea». El Consejo Navarro de la Cultura reconoció ayer su trayectoria profesional al concederle el Premio Príncipe de Viana de Cultura 2009, un galardón que, según el consejero de Cultura y Turismo del Gobierno navarro, Juan Ramón Corpas, recae en «una buenísima persona que, para cualquier tipo de colaboración o cooperación con Navarra, siempre ha estado abierto. Un hombre de su altura artística es de una accesibilidad y sencillez como suelen ser las grandes personas», aseguró.
«La ciencia de mover los sonidos», así definió ayer Agustín González Acilu el arte de componer, al que ha dedicado años de trabajo ininterrumpido y que le ha permitido desarrollar su ser «en todos los aspectos» y construir su grupo de pensamiento musical. En declaraciones realizadas tras conocer que había recibido el máximo galardón cultural navarro, recordó que topó con «el arte abstracto por excelencia» en Altsasu y, posteriormente, se trasladó a Madrid, donde completó su formación académica en el Real Conservatorio Superior de Música junto a maestros como Julio Gómez, Francisco Calés y el Padre Massó.
En 1960 recibió la Beca Carmen del Río de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, empezó a componer en 1962, y «desde entonces he trabajado todos los días». Llegó su primera obra, el cuarteto de cuerda «Sucesiones superpuestas», que le valió el Samuel Ros. Ha sido galardonado en innumerables ocasiones: recibió el Premio Nacional de Música en 1971 por el Oratorio Panlingüístico, y también se ha adentrado en el ámbito de la investigación lingüística realizando trabajos para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Destaca su importante labor pedagógica como profesor de armonía en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid o como profesor de los cursos de composición en el Conservatorio Pablo Sarasate de Iruñea.
El compositor agradeció este premio como recompensa «al acontecer diario de años y años de trabajo» en el mundo de los sonidos. «Todo el que se dedique a algo que sea consecuencia de una vocación está pagado», señaló, tras reconocer que la época que le tocó vivir fue compleja, «porque en la España de los años 40 no había nada». Así, confesó que desde chaval tuvo «una idea bastante firme», que ha podido desarrollar, y recuerda con nostalgia cómo «nuestros maestros componían música sinfónica y murieron, muchos de ellos, sin ser capaces de escuchar lo que habían escrito».
Por tanto, reconoció la suerte de poder vivir de la composición, al formar parte de una generación a la que componer le ha resultado difícil «y nos hemos dedicado a ser profesores o a hacer música comercial».
El pasado 18 de febrero González Acilu, que es profesor de armonía en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, cumplió 80 años. Ahora trabaja en siete nuevas obras, entre ellas una ópera y una cantata.
Entre los galardonados en años anteriores se encuentran Rafael Moneo, Julio Caro Baroja, Pablo Antoñana, Pedro Miguel Echenique, María Bayo, Juan José Aquerreta, Pedro Iturralde o Alfredo Landa.