El protocolo de financiación del TAV suscrito el sábado en Iruñea por Miguel Sanz y José Blanco ha sido cuestionado por las fuerzas que no acudieron al acto, con discursos de tono y contenido diferente. Desde Nafarroa Bai e IUN se coincidió ayer en restar importancia al protocolo. La izquierda abertzale, por su parte, habló directamente de «acto de saqueo», «antidemocrático» y «plan antisocial».

En un comunicado, la izquierda abertzale recuerda que en las obras se gastarán «como mínimo 1.500 millones de euros aportados a lo público por todos los navarros y navarras para financiar, incluyendo los intereses de los créditos, un plan antisocial que sólo beneficiará a quienes reciban la adjudicación de las obras y a la minoría social que utilizará el TAV». Denuncia además la «entusiasta complicidad de las fuerzas presentes en el Parlamento».

Desde Nafarroa Bai, Patxi Zabaleta subrayó que no se trata de un convenio, sino de un protocolo, por lo que «no se ha hecho más que escenificar un acto propagandístico» y que «siguen pendientes los principales problemas», como si será sólo para viajeros o hasta qué punto respetará el medio ambiente. También Ion Erro, de IUN, opinó que «el protocolo aporta sólo una nueva firma. Lo que interesa es el convenio, que es lo que realmente tiene eficacia y peso».

Miguel Sanz, presidente del Gobierno navarro, cargó contra todos ellos afirmando que «su no presencia el sábado y sus excusas implican su desacuerdo con todo lo que signifique progreso y desarrollo en la comunidad. También se oponían a la autovía del Norte, al Canal de Navarra y a otros temas. Me parece absurdo minimizar el alcance del acuerdo por el TAV, pues todo el mundo sabe que tiene un gran calado político e institucional», añadió.