La comisaria europea Dalia Grybauskaite fue elegida el domingo en la primera vuelta presidenta de Lituania, convirtiéndose en la primera jefa de Estado de este país báltico, según los resultados oficiales que se hicieron públicos ayer.

Enfrentada a otros seis candidatos en un contexto de grave crisis económica, la actual comisaria encargada del Presupuesto, obtuvo el 69,04% de los votos.

«El sabor de la victoria es la carga de la responsabilidad», declaró Grybauskaite cuando se presagiaba que podía imponerse en la primera vuelta. «Felicito a los lituanos por su decisión», añadió.

Grybauskaite sucederá a un veterano, Valdas Adamkus, de 82 años, que ha permanecido durante diez años al frente de esta república ex soviética que se integró en la Unión Europea en 2004.

Para que un candidato pueda ser elegido en la primera vuelta debe conseguir más de la mitad de los votos con una tasa de participación de más del 50%. Si la participación es inferior, esa mitad de los votos debe ser superior a un tercio de los integrantes del censo electoral. Las elecciones del domingo registraron una participación del 51,67%.

Grybauskaite, de 53 años, se presentó ante los electores como candidata independiente, haciendo de «la transparencia en la vida pública y la lucha contra los oligarquías» los puntos clave de su programa.

«El 12 de julio, tras la investidura, mi primera tarea será evaluar el trabajo del Gobierno y en un plazo de quince días proponer un candidato a nuevo primer ministro», declaró el domingo por la noche.

«Ya ha dicho a lo largo de toda la campaña que no estoy de acuerdo con el trabajo de algunos ministros y no he cambiado de opinión», remarcó.

En una entrevista concedida el viernes a France Presse, dio a entender que despedirá al primer ministro Andrius Kabilius.

«Lituania no tiene mucho donde elegir en lo que se refiere a su élite política», afirmó Grybauskaite. «Pienso que el Gobierno tiene muchas posibilidades de mantenerse, pero no excluyo que haya que cambiar algunos ministros», añadió.

«Grybauskaite tiene un problema. Nunca ha sido elegida para un cargo, hasta ahora. Siempre la han nombrado», estima el politólogo Algis Krupavicius.