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Derrota en Mestalla

Un epílogo intrascendente

El Athletic despidió la temporada con su tercera derrota consecutiva. Un tempranero gol de Villa decantó el encuentro del lado local. Los rojiblancos reaccionaron tras el descanso, pero la expulsión de Balenziaga facilitó la labor de los locales, que sentenciaron.

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ATHLETIC 0
VALENCIA 2

Amaia U. LASAGABASTER | BILBO

El Athletic colgó el «cerrado por vacaciones» con derrota. Un resultado, en el fondo, tan intrascendente como los de las últimas jornadas.

La temporada terminó en realidad hace quince días, cuando el Athletic dejaba finiquitado su objetivo liguero y el Barcelona se encargaba de hacer lo propio con el sueño copero. Para poco han servido los tres encuentros posteriores, saldados todos ellos con derrota. Ni siquiera para dar minutos a los jugadores que se han limitado a animar desde la grada a lo largo de las 38 jornadas de Liga o, de paso, adelantar las vacaciones de los que no han tenido un respiro. Tampoco para mejorar los números ligueros de la pasada temporada. Un epílogo, en definitiva, que se ha hecho eterno por intrascendente y al que ayer, por fin, le llegó el punto y final.

Se daba así carpetazo a nueve meses que han dado para mucho. Mucho sufrimiento, aparentemente inevitable en los últimos años, y también mucha ilusión, aparentemente impensable en los últimos años. Precisamente esa ausencia de satisfacciones en las temporadas precedentes es lo que permite conceder un amplio aprobado a los rojiblancos en esta campaña 08/09. Aunque sea casi de forma exclusiva por haber alcanzado un objetivo que se le había resistido durante un cuarto de siglo. Una final de Copa que, sin embargo, no puede ocultar otras realidades. Por ejemplo, que el rendimiento en Liga es inferior al del pasado año: el Athletic acaba con seis puntos menos que hace doce meses y, lo que es aún más llamativo, ha encajado casi una veintena más de goles, hasta alcanzar los 62.

Unos números en los que, evidentemente, ha tenido mucho que ver la trayectoria copera, más dilatada de lo que venía siendo habitual. Pero, posiblemente, también la gestión de la plantilla, el aspecto que más críticas le está costando a Joaquín Caparrós. El técnico ha exprimido al máximo a poco más de una docena de jugadores, mientras sus compañeros apenas han tenido oportunidades. Algo que se ha dejado notar.

Y, quizá por esa capacidad tan humana de tropezar repetidamente en la misma piedra, ilusiones y temores de cara a la nueva temporada tienen mucho que ver con lo sucedido: se arrancará con ilusión, no en vano el equipo regresa a competiciones europeas y pelea por un título a las primeras de cambio; pero también preocupa que una temporada más densa y más prolongada -el Athletic disputa su primer partido oficial el 30 de julio- pueda pasar una factura difícilmente abordable si no varían algunas costumbres.

Sorpresas

Una de ellas, la de las sorpresas, no faltó a su cita en el encuentro de Mestalla. Para que se produjera la primera no hizo falta ni que Velasco Carballo decretara el inicio del choque porque Iker Muniain fue el jugador descartado por Joaquín Caparrós. Todo parecía indicar que el delantero, al que el técnico había dedicado considerables piropos la víspera, iba a convertirse en el jugador más joven en defender la camiseta rojiblanca, pero acabó siguiendo el partido desde la grada.

Pitido inicial y segunda sorpresa, con Javi Martínez en el centro de la defensa y Carlos Gurpegi en el centro del campo. El experimento, de todos modos, no duró demasiado; para la media hora, ya habían intercambiado sus posiciones.

Menos sorprendente resultó el partido, aunque sí un tanto alocado. Y bastante más animado de lo que cabía prever. Sobre todo por parte de un Valencia que acumuló ocasiones, pero al que la buena actuación de Gorka Iraizoz -que acabó el partido con problemas en la rodilla- algunas veces y la miopía de sus delanteros en otras, obligaron a conformarse con sólo dos goles.

El primero llegó muy pronto, a los siete minutos, cuando Villa culminaba desde el punto de penalti una muy buena acción de Joaquín por banda derecha. El propio Villa, Edu o un superentonado Pablo Hernández pudieron ampliar el marcador en el primer tiempo, en el que el Athletic fue incapaz de frenar a su rival pero, al menos, también se acercó con peligro al área de César en un par de ocasiones, con sendas intervenciones de Llorente y Susaeta.

Empezó mejor, desde el punto de vista rojiblanco, el segundo tiempo. A los diez minutos, Ion Vélez tuvo el empate en sus botas, gracias a un gran detalle de Llorente, pero César estuvo atento para despejar a córner. Como también lo estuvo Albiol para conceder el mismo destino a un remate de Llorente.

Fueron los mejores minutos del Athletic pero, con la rigurosa expulsión de Balenziaga, la balanza volvió a inclinarse del lado del Valencia, que acabó anotando el 2-0.

Lezama vivió ayer la fiesta del fútbol base, con la celebración de la sexta edición del Memorial Javier Uria. Más de una veintena de equipos, masculinos y femeninos de categorías alevín e infantil, procedentes de toda Euskal Herria acudieron a la cita, en la que también se desarrollaron otras actividades.

Caparrós: «Hemos tenido nuestras opciones, pero sólo de éso no se vive»

Escuetísima rueda de prensa la que ofreció Joaquín Caparrós, que se confesó enfadado por el resultado, pero al que parecieron molestarle más las preguntas de la prensa que el 2-0 de Mestalla.

Al que preguntó por las numerosas ocasiones del rival, que pudieron desembocar en una goleada, le espetó «tú miras la botella siempre medio vacía, pero también hemos podido meter nosotros alguno, creo yo». Cuando la cuestión se refirió al sorprendente descarte de Iker Muniain, la respuesta del técnico no fue mucho más extensa. «Quería que diera otro pasito más en su formación. Ese era el objetivo». Y menos aún habló el técnico de cuestiones relacionadas con la próxima temporada, como las famosas «medidas antipopulares». «Ahora, no, ahora el partido -zanjó-. Ahora nos vamos de vacaciones y nada más».

Algo más, aunque no mucho, se extendió con el análisis del choque. «Hemos tenido nuestras opciones, pero sólo de éso no se vive. Se vive de los goles. En el segundo tiempo también hemos tenido nuestras oportunidades, pero no ha podido ser».

Más pródigo se mostró Carlos Gurpegi. También muy sincero. Tras reconocer que la temporada recién concluída «no ha sido muy buena en lo personal porque hasta las últimas jornadas no he tenido la oportunidad de jugar partidos seguidos», el centrocampista navarro confió en que la próxima campaña, repleta de compromisos, vaya mejor en ese sentido. En caso contrario, no se puede descartar nada. «A mí me interesa jugar, jugar aquí -aseguró-. Y esperemos que el año que viene podamos jugar. Habrá que hablar con el mister y todo depende de mí y de la confianza que tenga el mister».

GARA

 

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