Tras el grave accidente aéreo de la pasada semana en el océano Atlántico y las quejas de los pilotos, la dirección de Air France confirmó ayer que acelerará el cambio de los sensores de velocidad de los Airbus A330 y A340 con el objetivo de que toda la flota esté equipada con las nuevas de aquí a finales del mes de junio, según explicó a «Le Monde» Franois Hamant, comandante en vuelo y vicepresidente del sindicato de pilotos Alter.

De momento, unos quince aviones están ya equipados con al menos dos sensores modificados de las tres que tienen los aviones del tipo A330 como el que desapareció el pasado día 1 con 228 personas a bordo. Situadas en la parte delantera del avión, estos sesores calculan la presión dinámica, es decir, a la que está sometida el avión en vuelo, lo que permite calcular la velocidad del aparato.

El lunes, el sindicato Alter, la tercera organización sindical de Air France, pidió a sus pilotos que se negaran a volar en los A330 y A340 mientras no se hubiera realizado las modificaciones técnicas en los aviones.

Aunque oficialmente no se ha confirmado ninguna de las hipótesis que se barajan como la causa del siniestro, el informe Acars eviado por el aparato antes de desaparecer de los radares atestigua fallos en los sistemas anemométricos.

Por otra parte, la Marina y Fuerza Aérea brasileña recuperaron otros cuatro cuerpos, que fueron trasladados en helicóptero a Fernando de Noronha, a 360 kilómetros de la costa brasileña. «Fueron encontrados al noreste de los islotes de San Pedro y San Pablo. Más o menos en las mismas áreas donde han sido hallados los otros cadáveres», explicó el teniente coronel Henry Wilson Munhoz.