Mensajes que, aunque no lo parezcan, resultan contradictorios. Dice Zapatero: «Sabíamos que podía ocurrir». Y su profeta en la CAV: «Vamos a acabar con ellos». Si Zapatero no quisiera que volviera a ocurrir debería prescindir de gentes que repiten el mensaje de Fraga, Ibáñez Freire, Martín Villa, Rosón, Corcuera, Barrionuevo, Atutxa... y ahora Ares. Discursos, sobran. Faltan hechos y voluntades para que la paz encuentre asiento.