Los líderes de 14 países del centro y este de Europa -Serbia, Austria, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Italia, Macedonia, Moldavia, Montenegro, Polonia y Ucrania-, celebraron ayer en la ciudad serbia de Novi Sad la XVI Cumbre Centroeuropea en la que, principalmente, abordaron el impacto de la crisis económica, cuyos efectos se han dejado sentir notoriamente en la región. El presidente de Kosovo no fue invitado a la cumbre, que se realiza anualmente para promover el diálogo e intercambio de opiniones. El próximo anfitrión será Polonia.

Al inicio de la reunión, el presidente serbio, Boris Tadic, pidió a los jefes de Estado que muestren su solidaridad en el plano económico y energético, así como en el proceso de integración en la Unión Europea.

«No debemos permitir que se conviertan en motivo de división entre nosotros, sobre todo, en estos tiempos de crisis», remarcó. Incidió en que este complicado contexto «nos vemos obligados a buscar soluciones creativas y a estar unidos para poder garantizar un futuro próspero y viable para las siguientes generaciones».

Afirmó también que Serbia y el resto de países que integran los Balcanes occidentales jugarán un papel crucial a la hora de garantizar la estabilidad energética y la seguridad para Europa. «Nuestra región se puede convertir en el puente energético hacia Europa. Estoy seguro de que así será si somos capaces de consensuar una política común en el ámbito energético. Desde el punto de vista energético, nuestra paz y estabilidad debe ser prioritario», insistió.

Sobre la cuestión de la integración, abogó por «edificar juntos la conciencia de que la ampliación de la UE es de interés de todos, tanto de los antiguos miembros como de los potenciales. Cada paso hacia la vinculación de los ciudadanos de nuestra región con la UE representa el avance fundamental en la conclusión de una totalidad natural». Tadic se mostró satisfecho con la recomendación del Consejo de Ministros de Bruselas para liberar el régimen de visados para varios países de la zona. En su opinión, todos los países que comparten la ambición de ingresar en los Veintisiete «deben aprovechar esta ralentización momentánea del proceso de ampliación».

Petición de Bosnia

Por otra parte, el miembro de la Presidencia tripartita de Bosnia Nebojsa Radmanovic pidió la sustitución del puesto de alto representante internacional por el de enviado de la Unión Europea. Se mostró convencido de que «todos los objetivos y condiciones para entrar en la UE se podrán cumplir este año».

«Con la incorporación de esa figura lograríamos hacer desaparecer el escepticismo que hay en Bosnia y en la comunidad internacional», manifestó.

«Este cambio sería una señal clara de que se ve a Bosnia como un estado soberano y democrático, por lo que podría competir en igualdad de condiciones con otros países», remarcó.