Atentado mortal en Bilbo
Las FSE apuntan a un grupo de «legales» tras afirmar que no hay pistas fiables
GARA | BILBO
Las FSE apuntan a que el atentado mortal de Arrigorriaga puede haber sido obra de algún grupo de militantes de ETA «lega- les» que habría escapado de las redadas llevadas a cabo por la Guardia Civil el pasado verano. Al parecer, no hay pistas fiables. El coche atacado fue retirado para su análisis, pero se encontraba calcinado.
Las primeras filtraciones de la investigación apuntaban a esta hipótesis, remarcada por el hecho de que la acción que costó la vida al inspector Puelles ha sido similar a otras dos relacionadas en Bizkaia en los últimos dos años y que no tuvieron consecuencias mortales.
Se trata de dos atentados con bomba-lapa que no han sido atribuidos por ahora a ninguno de los comandos detenidos.
Ginés y Basauri
La primera es la que tuvo como objetivo al escolta Gabriel Ginés, al que le explotó un artefacto adosado por ETA el 9 de octubre de 2007, provocándole algunas heridas leves. Ginés trabajaba para un edil del PSE en Galdakao. El atentado se produjo en Abusu, muy cerca del lugar en que se produjo el ataque de ayer. En esa ocasión, el artefacto estaba compuesto por un kilo de amonal y fue colocado también junto al depósito de combustible, al igual que el que destrozó el automóvil de Puelles.
Además, el pasado 16 de diciembre se conoció que un policía español cuyo nombre no se aportó recorrió varios kilómetros con su vehículo sin percibir que en los bajos se había colocado otra bomba-lapa que no explotó. El artefacto no fue hallado hasta un control habitual al entrar a su destino, la comisaría de Basauri.
En aquella ocasión se afirmó que el artefacto tenía entre 500 y 750 gramos de pentrita, y ya se expuso que los autores serían los mismos del atentado contra el escolta Ginés.
Según esta hipótesis policial, la que cobra más fuerza por el momento ante la inexistencia de pruebas seguras sobre la autoría, este grupo de «legales» podría disponer de información recabada por ellos mismos sobre el terreno.
Consideran que se trataría de algún comando mantenido en el tiempo y que en todo caso habría tenido relación puntual con militantes de ETA ya «fichados» por las FSE.
Fuentes policiales admitieron que existe una decena de atentados de esta organización que han sido cometidos en Bizkaia desde el final de la última tregua, en junio de 2007, y que siguen sin esclarecerse.
Pese a la gran importancia que el Ministerio del Interior español concedió a la detención el pasado verano de Arkaitz Goikoetxea y otros supuestos activistas de ETA, la redada no despejó las dudas sobre la autoría de estas acciones, según se admite ahora.
Incidente en un juicio en París
La noticia del atentado salpicó también a un tenso juicio celebrado en París contra siete ciudadanos vascos. Según explicó la agencia Efe, varios de ellos prorrumpieron en aplausos y vítores cuando un policía francés hizo alusión a la muerte de Puelles. La fiscal, Christophe Teissier, reclamó al tribunal que impidiera esas reacciones.
La vista oral volvió a estar caracterizada por la tensión provocada por la desaparición del militante Jon Anza. La abogada Yolanda Molina se esforzó en intentar arrancar alguna afirmación al respecto a los dos policías a los que interrogó. Tras exponer la opción de que las policías española y francesa estén detrás, preguntó si esto «no muestra un nuevo GAL».
El jefe de la Sección de Terrorismo de la Policía francesa Dimitri Zoulas replicó que la investigación de la denuncia ha sido asumida por la Policía Judicial y no por las unidades policiales anti-ETA, porque así lo ha decidido la Justicia francesa, por lo que desconoce cualquier información al respecto.
«El Gobierno, España, tiene perdida la guerra con ETA, al menos con las armas». Esa fue la conclusión extraída por el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz en los micrófonos de Info7 Irratia, donde remarcó que con la acción de Bilbo «no han matado a cualquiera, sino a alguien que sabía por dónde andaba».
El veterano político abertzale aludió a las últimas declaraciones de Alfredo Pérez Rubalcaba, y subrayó que con esta acción se ha demostrado que ETA «vuelve una y otra vez». Arzalluz fue más allá e hizo un análisis histórico en el que comparó a Euskal Herria con la cerveza y a ETA con la espuma. «Cuando esa cerveza es fuerte, genera espuma», dijo en referencia al momento actual. En su opinión, el problema de fondo es la insatisfacción del pueblo vasco, y reiteró que el Estado «ha fracasado» y «está perdido» si no le ofrece una solución.
Su mensaje contrastó con el del actual presidente del PNV, Iñigo Urkullu, para quien «ETA está fuera de toda la realidad que vive la sociedad vasca y nunca debió existir».
Su compañero de filas Joseba Egibar estimó también que «su única aportación es asesinar a un servidor público». Le instó a «atender a las exigencias de la sociedad vasca y a darle una oportunidad a este pueblo, porque la paz se la debe a este pueblo». Pidió además que la izquierda abertzale «rompa el silencio» frente a estas acciones, un mensaje que se escuchó también desde algunos portavoces de EA, Aralar o EB.
El parlamentario de EA en Gasteiz, Jesús Mari Larrazabal, opinó por su parte que «en momentos difíciles hay que mantener políticamente el horizonte en su sitio». Este partido inicia hoy su Congreso Extraordinario.GARA