Si la Real gana hoy acabará una temporada en la que habrá sumado más puntos fuera, 34, que en Anoeta, 33. Habría que repasar las estadísticas, pero probablemente será algo que no ha sucedido nunca en la historia de la Real, que siempre ha solido basarse en su fortaleza en Atotxa y Anoeta. Algo que no podrá achacarse al comportamiento del público, que ha sido excelente a lo largo de toda la temporada, sino a las dificultades que ha mostrado el equipo blanquiazul para llevar la iniciativa del juego en un campo ideal como ninguno para hacerlo por sus dimensiones y por el estado perfecto del césped.

De cara a la próxima temporada ésa es la asignatura pendiente de la Real para poder aspirar a los puestos de ascenso y para mantener una cifra cercana a los 20.000 abonados, que es imposible de sostener con el juego realizado esta temporada en Anoeta. Cuando los rivales se han colocado bien y no han concedido espacios, la Real ha tenido muchos problemas para atacar porque jugaba a un ritmo muy lento, con poca intensidad y sin velocidad, tanto a la hora de mover el balón como de superar a los defensas. Arriba, jugadores como Necati, Abreu o Moha no tienen velocidad para desbordar a sus rivales, sólo Xabi Prieto y Marcos han aportado esas cualidades para desequilibrar, aunque tienen calidad, regate y velocidad para hacer más daño de lo que han hecho en Anoeta. Por eso no sería malo que el balear siga, si no hay otra opción mejor, ante las dudas que genera un jugador como Johnattan Estrada, que probablemente necesitará tiempo para adaptarse, si se adapta, en su primera experiencia fuera de Colombia.

Además de tener poca velocidad en los jugadores más adelantados, la Real ha movido el balón con mucha lentitud en su centro del campo. Rivas ha cuajado una buena temporada en defensa, pero es un jugador que no ofrece buena salida de balón y no es casualidad que los mejores partidos del equipo en el estadio han sido cuando no jugaba el medio centro manchego. En ese sentido la baja de Elustondo ha sido un hándicap muy importante, porque su calidad en el pase es muy superior. Lo mismo ha pasado con Sergio, que apenas ha podido jugar media temporada por sus distintos problemas físicos y que también ofrece velocidad a la hora de pasar el balón. Sin ellos, Aranburu se ha visto sin apoyos y ha abusado de conducir el balón, lo que también ayuda a las defensas rivales. El azpeitiarra necesita un buen pasador a su lado para hacer valer sus grandes virtudes.

Por eso sería bueno que, por una vez en estos temas de fichajes, la web de Badiola diga la verdad y el Xerez y el Tenerife estén dispuestos a pagar la ficha de Rivas. Con Elustondo y Markel, el puesto de medio centro defensivo está cubierto y lo que necesita este equipo es que el poco dinero que haya se destine a incorporar jugadores con velocidad y gol.