Raimundo Fitero
Otro más
Ando con el título tras la oreja: «El contador de Tours», «Contador de Tours». La cuestión es que se acabó Le Tour y parece que se han empeñado en que suene el himno español en los Campos Elíseos. Esta edición ha sido bastante sosa, dicho sea desde el que mira desde el sillón. No ha habido fuertes emociones, las llegadas en pelotón las ha ganado siempre el mismo y en cuanto se ha puesto empinada la carretera, ha aparecido el que estaba destinado a ganarlo, casi no ha sudado, ha ido arañando segundos y minutos y ya está, se acabó: que sigan los titulares, porque han tenido muchos días para irlos pensando.
No hay mucho más que contar. Ya no hay etapas épicas, ni escapadas, ni duelos. Lo de Contador y Amstrong ha sido un pequeño folletín para la galería, para entretener a los periodistas, pero no ha tenido ningún viso de establecerse como algo factible sobre el asfalto. Solamente por llegar la carrera a Barcelona ha tenido alguna repercusión, un plus, porque lo cierto es que mirando al oráculo, sus resultados de audiencia empiezan a ser bastante flojos, lo que sumado a todo lo que rodea a este deporte maldito por sus experimentaciones con productos químicos que ayudan al rendimiento, se hace muy difícil que un ente público con problemas presupuestarios y en cuanto no dependa de la publicidad, lo mantenga en su parrilla.
De momento siguen rugiendo los motores con dos y cuatro ruedas y pudimos ver en vivo y en directo el accidente de Felipe Masa, algo realmente excepcional pues recibió el impacto en la cara de una pieza que se había desprendido de otro coche. Las imágenes son realmente impresionantes, el impacto descomunal, su estado de salud al escribir estas líneas fuera de toda gravedad, pero en su conjunto nos proporcionaron unos minutos televisivos de gran desconcierto. De repente apareció el uso adecuado de la tecnología para poder descubrir el motivo de ese accidente con la ralentización de toda la secuencia. Hay que tener bastante mala suerte para que le suceda algo así. Y la seguridad perimetral fue excelente, el problema fue el golpe previo, el que le rompió la parte delantera del casco, no el choque posterior contra las barreras.