Siete muertos en un atentado suicida en la capital de Chechenia
GARA |
Siete personas fallecieron ayer como consecuencia de un atentado perpetrado por un kamikaze en el centro de Grozny, capital de Chechenia, una acción interpretada por el presidente prorruso, Ramzan Kadyrov como una señal de la «agonía» de la guerrilla local. Los muertos son cuatro policías, entre los que figura un teniente coronel, dos civiles -uno turco y otro georgiano- y el autor del ataque, según fuentes del Ministerio checheno de Interior.
La explosión se registró a las 17.00 hora local a 40 metros de la entrada de una sala de conciertos, en una plaza muy popular y concurrida. El kamikaze activó el artefacto que portaba cuando se acercó a los policías.
Kadyrov señaló que «es un testimonio evidente del final agónico, de las convulsiones de los guerrilleros, que han mostrado claramente su verdadera cara».
Según el presidente checheno, este atentado es «un intento de apartar a las fuerzas de seguridad de los distritos en los que se llevan a cabo operaciones especiales, un intento de que renuncien a sus actuaciones para acabar con los guerrilleros, pero en vano».
«Hasta el final»
«Declaro bajo mi responsabilidad que no pararemos hasta que hayamos acabado con todos los rebeldes que alzan su mano contra civiles, agentes de las fuerzas de seguridad, militares y representantes religiosos», costuvo Kadirov, al tiempo que afirmó tener «fuerzas y medios suficientes para llegar hasta el final».
El sábado, seis guerrilleros fueron abatidos durante una operación especial llevada a cabo en el suroeste de Chechenia, en el distrito de Urús-Martán, que se prolongó durante tres horas.
El 16 de abril el Kremlin levantó el régimen de «operación antiterrorista» en toda Chechenia, que estuvo en vigor durante cerca de diez años. Ocho días después reimplantó dicho régimen en tres regiones chechenas: Shalí, Shatói y Vedenó.